Quien a buen árbol se arrima...

Una dieta para salvar el planeta

Recientemente un grupo de 37 científicos de 16 países han presentado un informe en el que urgen a ir modificando la dieta alimenticia...

Publicado: 29/01/2019 ·
23:59
· Actualizado: 29/01/2019 · 23:59
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Autor

Manuel Ruiz

Manuel Ruiz es biólogo y ocupa el cargo de presidente de la Asociación Ecologista GEA de Jaén

Quien a buen árbol se arrima...

Cuaderno sobre la importancia de ser responsables medioambientalmente y otras cuestiones culturales y patrimoniales de Jaén

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Recientemente un grupo de 37 científicos de 16 países han presentado un informe en el que urgen a ir modificando la dieta alimenticia, y por tanto la agricultura que la produce, para eludir la catástrofe ambiental y mejorar la salud del ser humano. Las claves son las siguientes.

En 2050 seremos diez mil millones de seres humanos en el planeta. La alimentación es una pieza clave en esta situación, porque incide directamente en la salud individual y social. Una alimentación incorrecta da lugar a enfermedades y gasto social, y la falta de alimentos impide la vida y revienta a la sociedad.

Pero producir comida para la Humanidad también conlleva unas importantes repercusiones ambientales, por la ocupación de tierras, el uso de agua y otros recursos, y como consecuencia de la actividad agropecuaria, la emisión de diferentes tipos de gases con efecto invernadero, la contaminación con pesticidas sintéticos y la pérdida de biodiversidad.

El informe insiste en alcanzar una dieta que pueda corregir los efectos negativos asociados a los alimentos (problemas de salud y hambrunas) y a la agricultura que los produce. Para ello plantean una dieta ideal de 2500 kilocalorías diarias, en la que se duplique el consumo de hortalizas, fruta, legumbres y frutos secos, y se reduzca a la mitad el de azúcar y carne roja. Sólo con estas líneas generales se consiguen beneficios inmediatos en la salud, y si este cambio se traslada a la producción agraria, es posible llegar al reto de dar de comer a toda la Humanidad y reducir el impacto.

Los especialistas refieren la gran dificultad que tiene cambiar de hábitos alimenticios. Pero no es la alimentación tradicional la que hay que variar, sino la proyección que nuestro modo de vida, basado en la inmediatez, hace sobre la propia alimentación, alejándola de aquella enraizada en la base de la cultura, en nuestro caso la dieta mediterránea, a la que hay que volver.

Para recuperar el sosiego en la vida, y por tanto en la alimentación, nada más recomendable que desarrollar el gusto por la belleza, la reflexión, la conversación, la imaginación, el discernimiento, el contacto con lo que nos da sentido a la vida, nuestros mejores sueños y proyectos, la generosidad, la bondad, los valores morales, el buen humor, en definitiva, lo que podríamos llamar como “alimentos del alma”, que nos ponen en camino de apreciar la urgencia de cambiar el modo de cómo vivimos, cómo comemos. A por una dieta más adecuada.

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