Da la sensación, muchas veces, de que Fitur es más un escaparate para vender la gestión de las administraciones y sus políticos en materia de turismo, que para fortalecer el sector y la promoción eficaz en nuestra tierra. Y mucho más en años electorales, como es el caso de 2019. Además, cuando ya creíamos que habíamos pasado página con la presentación de la Semana Santa, pueblo a pueblo, volvemos por nuestros fueros. ¿Qué sentido tiene que los 778 municipios de Andalucía presenten en Fitur sus carteles de Semana Santa? Si lo que se pretende es atraer al turismo, cualquier capital de provincia, cualquier localidad puede emocionar con una de sus procesiones al turista más exigente. Lo que es cierto es que, si leemos entre líneas, si somos capaces de abstraernos de la velada propaganda política, encontramos que Jaén tiene una de las ofertas más ricas de cuantas pueden verse en Fitur, algo de lo que cada vez somos más conscientes los jienenses, principales prescriptores de nuestro legado, patrimonio y riqueza. Jaén ha vuelto, como todos los años, a salir victoriosa de una cita internacional en la que cada año nos asomamos como una estrella más en un inmenso firmamento. Y cada vez brillamos más.
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