La novena provincia

Comprometidos

Se nos llena la boca de hablar de comprometidos con la sociedad, con el tercer mundo, con los marginados, pero la realidad es que no hacemos nada.

Publicado: 25/01/2019 ·
19:42
· Actualizado: 25/01/2019 · 19:42
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Autor

Patricio González

Ingeniero Técnico Naval. Fue alcalde de Algeciras durante doce años (1991-2003). Ha publicado un total de 14 libros

La novena provincia

Espacio dedicado a la problemática del Campo de Gibraltar, aunque también a temas generales de la situación de Andalucía

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Se nos llena la boca al hablar de comprometidos, de compromisos con la sociedad, con el tercer mundo, con los marginados, con los refugiados.

 

Es fácil leer que si tal poeta o escritor está comprometido con tal o cual causa. Que un cantante de moda ha hecho tal gesto que supone un apoyo a los temas sociales o al enorme problema de los refugiados.

Si ocurre un asesinato por violencia de género, hacemos un minuto de silencio y un par de anuncios y ya hemos cumplido.

 

No hacemos nada. Esa es la triste y pura verdad. Dos versos de un poeta, unas declaraciones de un escritor, un gesto de un cantante o un minuto de silencio, no arreglan nada, mejor dicho, no arreglamos nada, simplemente lavamos nuestras propias conciencias y a otra cosa. Lo único que importa es que el gesto que hagamos sobre lo que sea, tenga repercusión para que así, de esa manera, nuestra conciencia se lave más aún y de paso, sirve para dar lecciones a otros que no lo han hecho.

 

Esa es la hipocresía en la que vivimos y cuando hacemos ese tipo de gestos, encima somos “guais”, puros, por encima del bien y del mal.

 

Recuerdo que un día nos despertamos  con la terrible noticia de que la Europol(Policía europea) había  dicho que de los casi trescientos mil niños refugiados que están registrados, DIEZ MIL HABÍAN  DESAPARECIDO. Cinco mil lo fueron a través de la entrada en Italia. Puede que muchos fueran recogidos por familias y no los registraron pero la mayoría habrán sido secuestrados, vendidos para la prostitución o para vender sus órganos. Se nos ponen los vellos de punta al oír estas noticias, le echamos la culpa a quien sea y continuamos como si nada. Ya nadie habla de ello. Ya no se hace nada por ellos.

 

Igual ocurre con la violencia de género. Un minuto de silencio y basta. Nadie escucha nada, nadie sabe nada. Ni vecinos ni familiares, ni amigos. “Comprometidos pero sin implicarnos”.

 

Asistimos a diario y sin querer, a tragedias de todo tipo mal que nos pesen. Y mal que nos pese también, somos ciudadanos del mundo. Y las personas muertas por violencia, los miles de refugiados muertos, son también nuestros muertos, joder. Y algo tenemos que hacer!!!!!!!.

 

 

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