Durante el mismo, el aficionado cadista Miguel Romero fue expulsado del recinto por la Policía Nacional. El seguidor argumentó que sucedió sólo “por tocar el bombo, algo que al parecer molestaba a unos cuantos” de su alrededor y el resultado fue la fractura de un dedo de su mano.
Posteriormente, algunos aficionados relataban que no fue por ese motivo, sino por proferir “insultos” y “provocar” tanto a varios seguidores ubicados en la fila 13 de la grada de fondo norte, como a la propia Policía. Como resultado de todo eso, unos acusaban y otros se defendían, algo que sólo se esclarecerá en un juicio que deberá celebrarse próximamente.
Sentados
Así, ayer se reunieron varias partes en busca de soluciones. Por un lado estaba Miguel Romero y José Serrano, presidente de Pa Peña La Nuestra, de Arcos, que también se vio salpicada en algunas acusaciones. A la cita también acudieron dos aficionados de esa fila 13 y José María Pavón, presidente de la Federación de Peñas Cadistas, y Santiago Pozas, director gerente del Cádiz CF.
Todas las partes expusieron su versión de los hechos y llegaron a la conclusión de que lo único factible para evitar que se pudieran repetir situaciones similares en próximos encuentros es que“nadie esté de pie ni detrás de la fila 13 ni en las escaleras” por lo que “todo el mundo deberá ocupar su asiento”, como comentó el propio Miguel.
Por su parte, Pavón añadió que “se pensó en esa zona de Fondo Norte como un lugar para peñas tranquilas y se ha visto ensombrecido con esto. Es la única zona que no tiene palcos y eso facilita que mucha gente se ponga allí de pie, pero habrá que evitarlo y que todos estén sentados. Debemos mantener la calma y que los aficionados no se molesten unos a otros”, señaló.
Miguel no quiere ir al próximo partido
“No voy a ir al próximo partido. En Fondo Norte me conoce mucha gente y pueden decir algo que provoque a la Policía, así es que, por si acaso, prefiero evitar y no iré”, avisa el cadista Miguel Romero.
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