El Ayuntamiento de Málaga, a través de la Gerencia Municipal de Urbanismo, llevará a aprobación en el próximo consejo de este organismo, que se celebra el miércoles 23 de enero, el proyecto que supondrá las primeras actuaciones de cara a desarrollar la iniciativa 'Distrito 6' en la antigua cárcel.
Concretamente, se abordará el proyecto que contempla los trabajos de demolición selectiva de varios cuerpos, así como añadidos no originales de cara a preparar el edificio para la primera fase de esta iniciativa. La intervención tiene un presupuesto de 410.870,18 euros y un plazo previsto de dos meses.
Esta ejecución contempla la demolición de los dos pabellones delanteros, que no son originales y de los dos traseros (al norte), que aún siéndolos, no son elementos "invariantes" del tipo y su desaparición permite espacios esenciales del futuro centro, según ha explicado el Ayuntamiento de Málaga en una nota de prensa.
El Consistorio ha recordado que se trata de un edificio formado por diversos módulos conectados entre sí por el eje central o edificio principal que se organizan alrededor de varios patios de recreo.
El conjunto cuenta con estos dos módulos anejos en su parte delantera, que da fachada a la Avenida Ortega y Gasset, que fueron construidos con posterioridad y que no mantienen las características del conjunto edificado. Y en los patios traseros se ubican los otros dos módulos, de menor dimensión, que ocupan parte de los citados patios y se encuentran en mal estado, contando además el pabellón derecho de varios cuerpos añadidos no originales.
El complejo de la antigua prisión provincial no tiene protección patrimonial, no obstante en el proyecto global se propone realizar una actuación respetuosa, en la línea marcada: respeto a los "invariantes" del "tipo" arquitectónico, al orden interno estructural y al sistema circulatorio y restauración de los espacios internos de mayor identidad, cómo Lugar de la Memoria Histórica de Andalucía, a la vez que seguiría siendo escenario de rodajes.
El proyecto de esta actuación, que ahora se va a aprobar, incluye un estudio de gestión de residuos de demolición y construcción, así como un plan de desamiantado, en el cual se determina el tratamiento a dar a los residuos generados.
También contiene medidas ambientales destinadas a reducir el impacto de los trabajos e incluye técnicas de seguridad en la metodología de trabajo a aplicar, como en la ordenación del tráfico rodado y peatonal durante el proceso de demolición.
Por último, con la finalidad de mejorar el mantenimiento del recinto, se plantea la retirada de los restos vegetales existentes en la zona, y la posterior aplicación de productos que eliminen la vegetación no deseada. También se extenderá una capa de zahorra compactada sobre los pasillos de ronda, patios y huellas de los edificios demolidos.
Estas labores se unen a otros trabajos de rehabilitación especialmente de las cubiertas de los diferentes edificios. El importe de estas laboras asciende a cerca de 240.000 euros y se encuentran actualmente en contratación. Todo ello posibilitará que los edificios queden en mejores condiciones, sin alterar su configuración y con el fin de evitar deterioros.
LA ACTUACIÓN GLOBAL EN EL EDIFICIO
La actuación arquitectónica global en el edificio se plantea con criterios de sostenibilidad tanto económica como medio ambiental y de eficiencia. Se concibe como un centro flexible, con la idea de que un mismo espacio pueda ser usado con distintos fines incluso a lo largo del mismo día.
El complejo edificado no presenta graves problemas de patología y se cuenta con un levantamiento de plano completo, fiable, actualizado y digitalizado, realizado con técnicas innovadoras.
El proyecto global propone una actuación mixta de restauración y rehabilitación de los edificios y elementos originales y valiosos, con una extensión de nueva planta gracias a la actuación, selectiva, de demoliciones, cuyo proyecto concreto va a aprobarse.
Por su parte, la nueva planta ocuparía los sectores noreste y noroeste resultantes de la demolición de los pabellones traseros, para implantar espacios de grandes dimensiones, al servicio, sobre todo del cine y audiovisuales y de las artes escénicas. La nueva planta se ubicará de tal manera que no se adueñe de la imagen del complejo,; la solución propuesta se acercaría a los 14.500 metros cuadrados construidos y 5.000 metros cuadrados libres.
El criterio es que el futuro centro disponga de espacios y tecnología, asociada a la arquitectura o independiente de esta, que permita la producción de la mayor diversidad posible de formas de expresión cultural.
Al hablar del programa de espacios y de su implantación existe el convencimiento de que la flexibilidad debe presidir el proyecto y la actuación arquitectónica, cómo valor demostrado en los centros del mismo tipo de mayor éxito.
Siguiendo la experiencia de éxito de centros nacionales e internacionales del mismo tipo, se plantea una actuación por fases. La primera etapa se concibe como un prototipo modelo a escala de lo que ofrecería la totalidad del centro. En esta primera fase se contempla un acceso directo, abierto, desde la calle Valderaduey, y un espacio dedicado a la Memoria Histórica.
El esquema de implantación presentado contempla un gran espacio libre de uso cultural polivalente, destinado tanto a creadores como a la ciudadanía, los vecinos en particular.
En el interior se prevén espacios y dotaciones destinados preferentemente a la producción de las artes escénicas, cine y audiovisuales, artes plásticas y visuales, artes decorativas, música, espacios de exhibición de cine y audiovisuales multidisciplinares, así como espacios de formación no reglada y de administración y apoyo del propio centro.
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