Curioso Empedernido

No son lo mismo

No es igual luchar por el Medio ambiente, que maquillar los problemas, que tal vez nosotros mismos estemos creando

Aunque la globalización tiende a uniformarnos, a que pensemos, sintamos, hablemos y nos comportemos de la misma manera, sin embargo hay cosas, personajes y situaciones que no son lo mismo. Así, a pesar de los tiempos que vivimos, y de quienes se encargan en devaluar la política, existe una gran diferencia entre quienes insultan y aquellos que argumentan aunque no nos convenzan.

Resulta muy distinta la orientación y el objetivo que se plantean quienes han decidido marcharse o quienes al final optan por regresar, los delitos de violencia de género y los que se empeñan en negarlo dentro de una gran nube en la que animales, mujeres, niños y mayores pueden ser las victimas del ámbito doméstico.

No es igual luchar por el Medio ambiente, que maquillar los problemas, que tal vez nosotros mismos estemos creando, aumentar las eternas polémicas sin solución que proponer alternativas a los conflictos que padecemos. Decir que todo está bien o evitar emplear el NO.

Tampoco resulta igual que hagamos promesas, que digamos cosas por el solo afán de marear la perdiz, y sin ánimo de cumplirlas. Resulta asombroso comprobar como quienes ayer, cuando estabas en el poder, te abrazaban y alababan, hoy que estás fuera de él, parecen no conocerte.

Suelen darse cuenta, si no son demasiado tontos, quienes aspiran a gobernar, que existe una gran diferencia entre lo que se pregona y se asegura, y el hecho de decidir y gobernar. Tal vez porque la realidad es una cruel compañera que nos hace bajar del globo, nos hace pisar tierra firme y darnos cuenta que habíamos dicho una gran cantidad de tonterías.

Entre la osadía, la mentira y la ignorancia, existe una fina y delgada línea, que intentan separar a  los cínicos, atrevidos y estafadores, que no tienen ningún respeto a la voluntad popular y montan todo tipo de historias, entre películas y falsas noticias, con el único objetivo de conseguir un puñado de votos.

Hemos de marcar la diferencia entre quienes no entienden algo y necesitan todo tipo de explicaciones, y aquellos que no les interesan y por tanto no quieren que les demos razones que no van a admitir de ninguna de las maneras.

Podemos animarnos y considerar que somos los mejores, o ser sensibles al halago y llegar a  la conclusión, que los demás piensan que realmente lo somos, saltar con nuestras entendederas a conseguir una visión amplia del mundo o quedarnos en el detalle.

Con frecuencia pensamos que somos felices y nos recreamos en ello, o realmente las perdices descubrimos que hay que cazarlas a diario si queremos alimentar nuestros amores. No hay mitos sin lo corriente, ni sueños sin vigilias, ni dinámicas sin quietudes.

Entre teneres, quereres y poderes , se nos van abriendo las ventanas y las puertas de que es mejor tener buen rollo  con los adversarios que empeñarnos en convertirlos en enemigos sin causa., que en un instante podemos recoger toda la intensidad de nuestras vidas, mientras que nos  pasarnos décadas de aburrimiento sin que nada suceda.

Somos muy dados a olvidar lo que no nos conviene, y recordar para modificarlo con arreglo a nuestros intereses, lo que nos interesa.  Todo es relativo y es posible que cuando nos veamos como ganadores, es que realmente estamos perdiendo y viceversa. Nos produce pena el comprobar, la facilidad con que la gente cambia de fidelidades y se coloca al servicio de los ganadores, vendiendo su dignidad a precio de mercadillo.
                        

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