Este domingo, Álvaro Cervera, cumplía mil días a cargo del entrenador del Cádiz CF. El técnico amarillo se ha ganado un hueco en el corazón de todos los cadistas.
Cervera llegó en el peor momento posible. El equipo se encontraba en Segunda B por sexto año consecutivo, y el mal juego del equipo hacía presagiar que los amarillos se quedarían un año más sin lograr el ascenso.
Sin embargo, el técnico guineano, logró el milagro, y haciendo un playoffs donde se ganaron cinco de los seis partidos disputados, el Cádiz CF volvía a la categoría de plata del fútbol español.
A la temporada siguiente, y ante todo pronóstico, Cervera volvía a obrar el milagro, y metía al equipo en playoffs al finalizar la liga como quinto clasificado, pero el equipo caía en la primera ronda contra el Tenerife.
El submarino amarillo se asentaba en la categoría de plata, y cerraba la primera vuelta de la campaña pasada con 39 puntos, y habiendo eliminado al Real Betis en la Copa del Rey, ganando en el Benito Villamarín (3-5), en una noche mágica para el cadismo.
A día de hoy, los amarillos son séptimos en la tercera campaña del club en Segunda, y el devenir del equipo dependerá en parte del acierto en este mercado de fichajes.
En este tiempo, Cervera ha dejado frases célebres que quedan en la memoria del aficionado. “La lucha no se negocia” o “ganamos donde podemos y no donde queremos” son claro ejemplo.
Además, ha logrado lo más difícil, que tanto jugadores, directiva y aficionados crean firmemente en él y en su estilo. Cervera ha basado el juego del equipo en la solidez defensiva y en priorizar el grupo al individuo. De momento, los resultados le avalan, y él continúa haciendo historia.
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