Enero es por excelencia el mes de los nuevos propósitos y empezar el año “libre de humos” es uno de los que más se repite en la lista de las metas que se marcan los españoles para el 2019. La mejor prueba de ello es el repunte que en estas semanas detectan los médicos de cabecera en consulta cuando sus pacientes le piden ayuda para dar plantón al tabaco, o al menos intentarlo. Para tenerlo un poco más fácil, en caso de que sean incapaces de hacerlo por sus propios medios y necesiten ayuda, el Plan Integral de Tabaquismo de Andalucía (PITA), habilitado en 2006, contempla recursos y la elaboración de estudios específicos para abordar cada situación con una metodología específica y adaptada a sus características concretas, prescribiendo incluso fármacos para los casos más complicados.
En virtud de esta iniciativa, todos los centros de salud y consultorios ofrecen intervención básica y consejos para dejar de fumar. Para los que se lo estén pensando, el porcentaje de éxito “es alto”, basta con ver los datos que maneja Josefa Rojas, responsable del PITA en el Área Sanitaria Norte de Cádiz, que asegura que entre un 60 y 70% de las personas que inician las terapias consiguen romper con esta adicción. “Son los más motivados, los que quieren realmente dejarlo y acuden a todas las sesiones y hacen todas las tareas”. Para ello, durante todo el año el PITA contempla una fase de seguimiento a los tres y seis meses -el periodo más sensible a las recaídas- y al año de dejar de fumar.
En cuanto a datos de la población fumadora, según el mapa que dibuja Rojas, independientemente de las personas que se ponen manos a la obra por sí mismas, con sus propias estrategias, reduciendo la cantidad progresivamente o incluso de un día para otro, el área de influencia de la Atención Primaria en el Área Norte de Cádiz, que contempla también a los vecinos de Jerez, Costa Noroeste y la Sierra, tiene una población de 36.000 habitantes mayores de 16 años. De ellos fuman el 28%, lo que se traduce en unos 10.080 consumidores de tabaco, pero no todos ellos quieren dejar de fumar. “Algunos se lo piensan, están en la llamada fase contemplativa, otros son muy jóvenes y no quieren porque ven muy lejano los problemas de salud”, precisa Rojas. Por tanto, si se descartan estos casos, los que “verdaderamente están preparados” a acudir a su centro y someterse a un programa de deshabitualización tabáquica son el 10% de estos 10.000, o lo que es lo mismo, un millar de personas.
La clave, estar motivados
¿Cuál es la principal motivación para dejarlo?En primer lugar están los problemas de salud y no necesariamente los propios, sino los que sufran familiares cercanos o amigos próximos. Después están las razones económicas, pues un fumador puede llegar a tener una letra mensual entre 150 y 200 euros, dependiendo de los paquetes que consuma a diario, y por último las de carácter social, cada vez más extendidas. “Cada vez está peor visto y la verdad es que se lo ponen cada vez más difícil”, detalla la técnico del PITA.
Respecto al perfil de fumadores, según datos de la última Encuesta Andaluza de Salud, el mayor porcentaje está en el tramo de edad de los 40 a los 54 años. Por sexo, los hombres superan en 9 puntos a las mujeres en consumo diario y en 12 puntos entre exfumadores. Tanto en hombres como en mujeres el consumo de tabaco diario con mayor porcentaje es el de las personas con estudios intermedios. Cabe destacar que la provincia de Cádiz (32,4%) es donde prevalece el mayor número de fumadores, pese a que la tónica generalizada en Andalucía ha sido el descenso en el porcentaje de consumidores de tabaco, subiendo sólo en Cádiz y Granada. En el otro extremo está Málaga con un 24,4% de fumadores.
Dejarlo a golpe de llamadas telefónicas: la 'Quit Line'
Además de enero y febrero, septiembre con el inicio del nuevo curso es también otra de las fechas que registra otro de los picos más altos de personas que intentan dejar de fumar. Las llamadas que registra la Quit Line ((900 850 300) el único servicio de ayuda a la deshabituación tabáquica de la Consejería de Salud que se ofrece a través del teléfono son la mejor prueba de ello.k procedentes de personas que no tienen posibilidad de acudir al centro de salud: taxistas, camioneros, personas con movilidad reducida o incluso las que eligen este medio antes que hacerlo presencialmente. En estos casos se hará una reducción gradual de nicotina a través de llamadas semanales, donde irán trazando pequeñas metas, y se derivará a terapia farmacológica en un centro de salud a los casos más complicados.
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