Almería asumirá oficialmente el 24 de enero el título de Capital Española de Gastronomía 2019, tomando el relevo de León que participarán durante todo el año ya han organizado la hoja de ruta. Como antesala se abrirá desde el día 11 de enero una oficina en el Paseo de Almería.
El objetivo de esta distinción, organizada por la Federación Española de Hostelería (FEHR) y la Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo (FEPET), es reconocer a aquel destino turístico más comprometido con la promoción del turismo gastronómico, la cocina tradicional y el producto alimentario autóctono.
El título, ha recaído ya en Logroño (2012), Burgos (2013), Vitoria (2014), Cáceres (2015), Toledo (2016) y Huelva (2017) y León (2018) con un dossier bajo el título de 'Manjar de reyes'. Será la primera vez que la nueva capitalidad gastronómica esté bañada por el Mediterráneo.
La oferta de actividades propuesta por Almería "arrolladora", según ha destacado la organización del galardón, que ha subrayado que más de 300 actos previstos llenarán el calendario almeriense y andaluz de contenido gastronómico. La Capitalidad, en sólo siete ediciones, se ha convertido en la plataforma "más activa y eficiente" de promoción del turismo gastronómico. Así, las ciudades participantes incrementan el número de visitantes, el sector de la hostelería crece en facturación y las siete ciudades se han posicionado en el mapa gastronómico español "gracias a la extraordinaria repercusión mediática alcanzada" tras haber logrado la distinción.
Solo dos días después de la declaración de Almería como GEG 2019, aparecieron noticias positivas sobre su éxito en 55 medios escritos y 94 online que llegaron a 44.
De la teoría a la práctica: un recetario sin límite
Almería destaca por su huerta y por su mar, que empapan toda su gastronomía, tanto la más tradicional como la más moderna, pero también por sus vinos, por sus postres y por su innovación.
Sus pimientos, tomates, pepinos y variedades hortofrutícolas de lo más variada quedan reflejados en sus pucheros, sus cazuelas de habas verdes, sus ajos coloraos o su caldo colorao, aunque es tradicional disfrutar de unas patatas bravas o en ajopollo, de las gachas tortas, las tabirnas colorás o las migas, las acelgas esparragás o la zaramandoña, y, por supuesto, el plato alpujarreño, que combina la huerta con otro gran manjar de la zona, los embutidos, como la morcilla o los chorizos.
A los embutidos, entre los que destaca el perrico, se unen las carnes: choto al ajillo, perdices con gurullos, caldo de huevos, tortilla de présules o gurullos con conejo, son algunas de sus delicias gastronómicas.
Entre las frutas son muy famosas las uvas almerienses, empleadas como uva de mesa, y las pasas, acompañadas con una rica variedad de caldos, una cultura vitivinícola que se ha ido incrementado en los últimos años con bodegas que rescatan variedades tradicionales y autóctonas, siempre respetuosas con el medio ambiente.
Y el mar: sus gambas, su jibia, su gambón rojo y sus galanes compiten con el rape, la caballa, el salmonete, el pulpo o el calamar, en guisos o a la plancha, sus recetas son tan tradicionales como innovadoras y reconocidas en todo el mundo.
Para complementar, una rica tradición pastelera que hace las delicias de los más golosos: papaviejos, deditos de Jesús, leche frita, milhoja alpujarreña, tortas de chicharrones, bizcochos de dátiles, soplillos, tubos de nata, indalotes, lagrimicas, hojaldres, bizcochos de cabello de ángel, hornazo y la tarta borracha, entre otros muchos, dan buena cuenta de la importancia de un recetario que incluso centrará un mes del calendario de actividades de la Capitalidad Española Gastronómica.
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