En Jerez, una de las entidades que más proyectos sociales está llevando a cabo para mitigar la situación de vulnerabilidad de los migrantes es Cáritas Diocesana Asidonia-Jerez, junto con otras instituciones como Hogar La Salle, Pastoral de Migraciones, Hogar San Juan, Obras misionales Pontificias, entre otras.
Actualmente están llevando a cabo pogramas de sensibilización y concienciación entre los más jóvenes para combatir la desinformación auspiciada por los flujos migratorios. Francisco Domouso, director de Cáritas Jerez, afirma que es fundamental inculcar a la sociedad que “las personas que huyen de sus países de origen no vienen ni a robarnos ni a arrebatarnos nada. Sólo buscan un futuro mejor ya que se encuentran en situación de vulnerabilidad, si no no vendrían”, y añade que “nosotros les enseñamos nuestras costumbres y valores, pero ellos también tienen mucho que enseñarnos a nosotros”.
Los bulos informativos y las llamadas Fake News han contribuido a que la sociedad desconfíe de los migrantes. Domouso afirma que “ hay gente que piensa que se están ayudando a los extranjeros y a los de aquí no. Es completamente falso, desde Cáritas se está ayudando a todo el que lo necesite”. La ciudad de Jerez siempre ha tenido carácter solidario, pero según Domouso falta mucho por hacer. “Jerez es solidaria, pero es más de discurso que de acción. Faltan muchas manos voluntarias para que la sociedad siga funcionando”.
Uno de los muchos recursos solidarios y sociales que podemos encontrar en Jerez es el Centro de día El Salvador , un lugar ubicado en la Plaza Ponce de León, justo arriba del comedor social también denominado El Salvador. Este Centro es un proyecto en común constituido por Cáritas Diocesana Asidonia- Jerez en colaboración con las Hijas de la Caridad, que lleva más de doce años ofreciendo cobijo y ayuda a quien lo necesita. Una idea que surgió a raíz de la Red de Integración Social ante la preocupación de las personas sin hogar de la ciudad.
Un lugar que sirve de hogar para las personas sin techo. Silvia Pérez, coordinadora del Centro de día, afirma que más que un centro de día es un refugio en el que se acompaña y se potencian las relaciones sociales. “Es un recurso no específico para personas migrantes, aquí vienen todas aquellas personas sin hogar que lo necesiten. Sí es cierto que en los últimos años el perfil que mas ha demandado la estancia aquí son jóvenes extranjeros. Aquí intentamos cubrir sus necesidades básicas, acompañarlos y fomentar vínculos con los demás”.
La coordinadora del centro añade que El Salvador no es un centro de día más. “Se intenta profundizar en las relaciones personales y que se sientan como si estuvieran en casa. Aquellos que se comprometen a entrar tienen que acatar unas normas establecidas, ellos tienen una serie de tareas y labores que tienen que realizar. Además se les hace un estudio y segumiento individual para ayudarlos a cubrir sus necesidades”.
Abdelkibir Elsamdi y Reduantavic, son dos jóvenes migrantes que asisten frecuentemente a El Salvaldor para intentar solucionar su situación y conseguir un futuro mejor. Aunque ambos son migrantes, sus vidas han sido totalmente distintas, como también su situación actual.
Reduantavic es un joven de 20 años, procedente de Tánger. Llegó a España hace más de una década. Su vida tampoco ha sido fácil, pero ahora tiene una ilusión por la que luchar: “Vine a España en barco, primero llegué a Tarifa, de allí pasé a un centro de menores en Algeciras, luego estuve en La Línea , Chipiona y El Puerto de Santa María, finalmente me establecí en Cádiz y desde hace dos años resido en Jerez. Conseguí la documentación necesaria para residir y trabajar aquí, ahora sueño con ser campeón de boxeo a nivel nacional, puesto que ya he ganado tres veces el campeonato de Andalucía”. Abdelkibir en cambio viene del centro de Marruecos. Él tampoco ha tenido un viaje fácil, ha pasado por varios países y múltiples ciudades. Su situación es más delicada, aún no ha conseguido la documentación necesaria para residir aquí, pero piensa que España es un país que brinda oportunidades. “Si las buscas hay oportunidades. No me arrepiento de venir aquí”.
Ambos están contentos de estar dentro del programa del Centro de día, allí Silvia Pérez intenta ayudarlos en la medida de lo posible, pero lamenta que, “existen bastantes dificultades; aún así ellos no tiran la toalla fácilmente”, y añade además que “ las cosas se están poniendo difíciles para los migrantes. La normativa de extranjería cada vez pone más trabas para conseguir la documentación”.
Respecto a la solidaridad e inclusión hacia los migrantes por parte de la ciudadanía jerezana, la coordinadora del centro de día El Salvador afirma que “nos falta mucho trabajo y sensibilización por salir del egoismo y pensar en el otro”. Pérez apunta que, “si pensáramos en los jóvenes migrantes como hijos nuestros se nos caería la cara de vergüenza. Hay niños de 18 años que están durmiendo literalmente en la calle en esta ciudad”.
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