Con perspectiva sureña

Sin medias tintas

El 28 de octubre de 1982 el PSOE ganó por primera vez unas elecciones generales. Consiguió que más de 10 millones de españoles votasen a su...

Publicado: 27/12/2018 ·
22:38
· Actualizado: 27/12/2018 · 22:38
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Autor

Antonia Merino

Antonia Merino es una reconocida periodista y analista política y social de la provincia jienense

Con perspectiva sureña

La actualidad política y social vista desde la trinchera femenina y la experiencia de una veterana del periodismo jienense

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El 28 de octubre de 1982 el PSOE ganó por primera vez unas elecciones generales. Consiguió que más de 10 millones de españoles votasen a su por aquel entonces joven candidato, Felipe González, consiguiendo más de 200 diputados en el Congreso de los Diputados. Ese día, un eufórico Alfonso Guerra dijo: “Vamos a poner a España que no la va a reconocer ni la madre que la parió”. Esta declaración de intenciones planea estos días en el subconsciente del PP y Ciudadanos. Quién les iba a decir hace unos meses que sería la extrema derecha la que les iba a poner en bandeja el gobierno andaluz. La misma extrema derecha que les ha usurpado votos y que se ha hecho a su vez con la llave del futuro gobierno autonómico. La misma extrema derecha que avisa que “trabajará para devolver a España su grandeza, su unidad, su libertad, su dignidad y su destino... secuestrados por un proceso revolucionario y por un golpe separatista”. Los acuerdos han comenzado ya a cristalizarse con la composición de la Mesa del Parlamento: mayoría de PP, Cs y VOX, frente a un PSOE en franca minoría. De momento, Adelante Andalucía se ha quedado sin silla. El siguiente paso será la investidura y ahí VOX lo vuelve a tener claro: “Para que apoyemos una investidura, tendrán que escuchar y atender lo votado por 400.000 andaluces. A partir de mañana comenzaremos a hablar de ese cambio político”. Un cambio político impensable hace dos meses cuando la presidenta en funciones de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, optó por un adelanto electoral pensando en seguir gobernando. Pero eso es harina de otro costal. Hoy toca hablar del siguiente paso: la investidura de Juan Manuel Moreno Bonilla y de los apoyos que recibirá para articular un gobierno estable para la región más poblada de España. Pablo Casado no se conforma con el acuerdo en Andalucía y ha tendido la mano a la extrema derecha para que esta ola reaccionaria se extienda al resto de España. No es de extrañar, a fin de cuentas ambos tienen el mismo origen: el franquismo. La duda es qué va a hacer la derecha moderada que pervive en el PP y que ha reclamado a Casado por activa y por pasiva moderación y que renuncie al radicalismo. La cuestión es muy sencilla o se está en el bando de los demócratas, es decir, con la democracia o se está con aquellos que trajeron la guerra y la miseria a Europa. No hay lugar para las medias tintas.  

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