Plaza del Pósito

La victoria de la luz sobre las tinieblas

En los primeros tiempos de la humanidad, por estas fechas del año, una sombra angustiosa se extendía sobre nuestros antepasados. Las largas horas de luz...

Publicado: 17/12/2018 ·
23:46
· Actualizado: 17/12/2018 · 23:46
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Autor

Santiago Donaire

Santiago Donaire es un histórico militante socialista de la provincia de Jaén comprometido con su tierra

Plaza del Pósito

La actualidad política y social narrada en este espacio desde la experiencia de un librepensador

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En los primeros tiempos de la humanidad, por estas fechas del año, una sombra angustiosa se extendía sobre nuestros antepasados. Las largas horas de luz de los días del verano, iban irremediablemente en caída libre, cada día era más corto, se dirigían hacia la oscuridad total, hacia el fin de la luz y por tanto de la vida.

Cuando se presagiaba lo peor, una lucha en la que iba ganando la muerte sobre la vida. De golpe, se paralizaba el descenso a las tinieblas y la guerra era por fin ganada por la luz, los días volvían a crecer. ¡Por fin! La victoria del SOL INVICTUS, el Sol Invencible.

La importancia del Solsticio de invierno se pierde en los tiempos más lejanos. La victoria del sol y su asimilación con el nacimiento de un Dios, es elemento común a muchas culturas. Así los asirios festejaban el nacimiento de Adonis un 25 de diciembre, los griegos el nacimiento de Dionisos, que lo gestó una Virgen, la Magna Mater. Los persas primero y luego los romanos celebraban el nacimiento de Mitra, divinidad que había nacido en una gruta sobre un pesebre. Escandinavos, malienses, chinos, japoneses, pueblos americanos… también lo hicieron. Los cristianos no podían ser menos y desde el siglo IV celebran el nacimiento de su salvador, la Navidad, en las mismas fechas.

Muchas coinciden en la necesidad de representarlas con el nacimiento de un salvador y también lo hacen en las formas. Eran fiestas para comer y regalar, para agrupar al clan y para amar, para beber… para el exceso, fiestas saturnales.

En nuestra época más reciente, hemos introducido algo que puede acabar con una tradición de milenios, todo el protagonismo se lo hemos dado al consumo desaforado y acrítico. La publicidad ha conseguido instaurar en nuestras cabezas de consumidores, un principio y es que celebrar la navidad requiera ineludiblemente ir de compras, da lo mismo que luego te veas apurado los próximos meses. Se aprovechan de la tradición de bondad y celebración de estas fiestas, para reconducirla hacia el consumo, comidas de exceso, regalos, lotería, decoración, ropa, luces…. Consiguieron que asimiláramos el cariño con la cantidad e importe de los regalos, y ello lleva a la frustración y al hartazgo. Padres y madres que se endeudan para satisfacer caros y efímeros deseos, creados por campañas de marketing, nada que ver con una fiesta nacida para celebrar la vida. Lo importante de los regalos a los niños debería ser la ilusión de un origen mágico, pues los traen los magos de oriente que no los padres.

Desearos unas felices fiestas, excederos en reíros y en abrazaros, en amar, comer y beber disfrutando, regalar ilusión. Para el año que viene, que nuestros hijos por estas fechas crucen la calle para venir a casa y no tengan q hacerlo en avión, que las administraciones hagan sus deberes con Jaén. Nosotros no nos vamos a callar, que nuestros representantes lo sean nuestros y no de ellos, que haya prosperidad con igualdad y justicia. Salud.      

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