Educar para el futuro

Cambiar el futuro sin destruir la sociedad

A lo largo de la historia muchos personajes honestos y coherentes han molestado a los poderosos por ir contra ideas y postulados que se estos consideraban

Publicado: 14/12/2018 ·
10:00
· Actualizado: 14/12/2018 · 10:00
Publicidad AiPublicidad Ai
Autor

Antonio Monclova

Antonio Monclova es biólogo, doctor en prehistoria y paleontología, master en arqueología y patrimonio

Educar para el futuro

Análisis, crítica y reflexión sobre las necesidades pedagógicas de la sociedad para difundir el conocimiento y la cultura

VISITAR BLOG

Pienso que la hipocresía y el cinismo están entre las herramientas utilizadas con más éxito para frenar ideas y planteamientos honestos y coherentes Porque cuando el hipócrita finge creer lo que predica lo envuelve de una veracidad conveniente para quien defienda su discurso y cuando el cínico otorga validez a ideas y planteamientos incoherentes ofrece a quien le sigue una manera de eludir el esfuerzo que supone mantener posturas coherentes frente a su discurso.

A lo largo de la historia muchos personajes honestos y coherentes han molestado a los poderosos por ir contra ideas y postulados que se estos consideraban inamovibles. Así, por ejemplo, hace veinticuatro siglos Sócrates murió por criticar el sistema político de la Grecia democrática, pero por descubrir a los enemigos de la democracia no iba contra Atenas defendiendo sus leyes al extremo de tomarse él mismo el veneno al ser condenado a muerte. También en el siglo diecisiete Galileo fue obligado a retractarse de su modelo astronómico herético para la Iglesia, pero sabemos que él no fue contra la fe con sus descubrimientos y como cristiano ferviente acató el silencio que le impuso la Inquisición. Sócrates y Galileo están entre los que no aceptan ciegamente opiniones que cuestionen la verdad solo porque coincidan con las teorías más aceptadas o porque posean un consenso mayoritario.

La fractura social causada por las crisis de la economía, de la familia y de los valores tradicionales ha sido aprovechada por algunos para ganarse el favor de bastantes ciudadanos y ocupar posiciones de poder, desde ellas se han valido de la hipocresía y el cinismo para ir imponiendo un modelo de sociedad incoherente y engañoso, que aumenta fracturas existentes, crea otras nuevas y teje una red de temores y chantaje moral que atrapa a los ciudadanos. Este modelo social lucha por imponer la corrección política, el buenismo y la ideología de género, pero vive en una realidad paralela cuando se trata de solucionar problemas como la desigualdad social, el paro, la dependencia, la enseñanza o la violencia contra la mujer, por nombrar algunos.

Pero los ciudadanos se van dando cuenta de la incoherencia de un modelo social que no soluciona sus problemas, a pesar de que algunos lo defiendan como el único modelo capaz de hacer progresar a la sociedad. Lo más triste es que cuando esto ha comenzado a suceder esos ciudadanos están siendo acosados y acusados en los medios y redes sociales, porque – como les ocurrió a Sócrates y Galileo – han molestado a quienes creían que jamás perderían las riendas del cambio social. Nadie tiene derecho a impedir que se opine sobre como solventar los problemas de la sociedad, y menos quienes para solucionarlos pretenden crear un modelo social a su medida. Las soluciones deberían preocupar más que el signo de las ideologías políticas.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN