Como se diría aquí en Cádiz: sonar suenan de categoría. Así es como sonaba en las pruebas de sonido Elefantes. Otra cosa es que te guste más o menos su estilo, pero a pesar de llevar 23 años en el mundo de la música, esta banda catalana no deja de aprovechar el momento para aprender y llegar a más gente. Esta semana ofrecieron un concierto en el Teatro de la Tía Norica y aunque el tiempo no invitaba, el aforo rozó el cien por cien. Pudieron disfrutar de su último trabajo ‘La primera luz del día’ y de algunas canciones de su discografía.
No era la primera vez que visitaban la ciudad, puesto que ya estuvieron en el año 2000 y en el Festival No Sin Música. “No hemos venido tanto como nos gustaría. Siempre queremos volver a Cádiz y aquí nos sentimos muy bien y disfrutamos muchísimo y siempre que venimos sentimos que crece la relación con el público. Cada vez viene a vernos más gente y cada vez aprendemos más de aquí”, aseguraba Shuarma, vocalista de Elefantes. Conocen el Carnaval y son conscientes de que “en el Falla se forma la mundial. Lo sabemos nosotros y todo el mundo”, aseguraba Hugo Toscano.
Consideran que tienen un público bastante heterogéno y que no son libres de “sucumbir a las tendencias y estilos”. Defendieron las nuevas tendencias musicales que tanto se critica porque “son una parte un poco más primitiva, donde se deja llevar el latido del corazón y se baila. Todos los ritmos que se critican cumplen su función, siempre ha existido algo que te hace bailar”. Sin embargo, creen que hay otras músicas que tienen “un mensaje más profundo que llegan a otra parte del ser humano, que también importantísima”.
Elefantes, a nivel de música, “bebe de todas las fuentes posibles y tenemos un producto local cada vez más variado y rico”. Disfrutan haciendo canciones y tocando en directo y se reafirman en que aún tienen “muchísimo por explorar y hacer”. Les encanta su oficio e intentarán tocar y escribir mejor, “para llegar mejor a quienes nos van a ver”.
Julio Cascán explicaba que “nos gustaría llegar a más gente, pero las cosas están como están, las bandas ya no llegan a un público tan masivo como en los 80”. No obstante, Jordi Ramiro aconsejaba que “escuchen nuestra música sin prejuicios, en libertad, con el corazón arriba y que elijan escucharnos y no hacerlo cuando no les apetezca” porque “habrá en sus vidas un antes y un después” de escuchar a Elefantes.
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