El 25 de noviembre se celebra el Día Internacional de la eliminación de la Violencia de Género o Día Internacional de la no violencia contra la mujer. Esta conmemoración fue iniciada por el movimiento feminista latinoamericano en 1981 en conmemoración a la fecha en la que fueron asesinadas, en 1960 en República Dominicana las tres hermanas Mirabal (Patria, Minerva y María Teresa) El 17 de diciembre de 1999 la jornada de reivindicación fue asumida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 54/134 invitando a celebrar actividades dirigidas a la sensibilización pública.
Este día hace falta en nuestras vidas para poder recordarnos todas esas mujeres que mueren cada día y aquellas que ya lo han hecho. En lo que va de año, 44 mujeres han sido asesinadas en España por sus parejas o ex parejas, en total 972 desde el 1 de enero de 2003, cuando se empezaron a contabilizar.
Algunos de los casos más mediáticos han sido, el caso de Ana Orantes, que fue asesinada hace 20 años por su pareja trece días de denunciar en televisión los malos tratos que recibía; el famoso caso de la manada en unas fiestas de San Fermín en 2016 o el de Laura Elizabeth que fue arrojada por la ventana a comienzos de este 2018.
La realidad es que la figura de la mujer no ocupa un lugar preciado y cuidado en esta sociedad y menos en ciertos lugares. En otras culturas como por ejemplo la hindú, el papel de la mujer está muy reprimido, dándose casos en que cuando hay un problema o discusión en sus relaciones matrimoniales, el marido ha llegado a arrojarle acido u otras sustancias sobre la cara y el cuerpo.
En algunos países de África y Asia, la mujer es considerada básicamente como un objeto o una esclava de su marido. Todavía obligan a las niñas a casarse con muy poca edad, siendo los padres quienes eligen su marido. Las mujeres no pueden llevar ciertas zonas de su cuerpo descubiertas y los hombres pueden tener más de una esposa. En pleno siglo XXI todavía en el África subsahariana se sigue llevando a cabo la ablación, una dolorosa operación de extirpación del clítorix que se realiza a las niñas cuando son pequeñas. Pero sin ir mucho más lejos, en la etnia gitana el papel de la mujer todavía está muy lejos de igualar en derechos al del hombre.
En España se llevan a cabo muchas medidas e iniciativas. Por ejemplo en Barcelona y algunos puntos de Galicia entre otros, existen unos lugares llamados “puntos violetas” en los cual se ayuda a las personas que durante una fiesta han sufrido acoso o algún tipo de agresión.
En Alicante existen las “chicas violeta”, mujeres que se ponen una cinta o brazalete en uno de sus brazos, así cuando sufras algún tipo de acoso puedes ir en su busca fácilmente para que te ayuden o te acompañan a algún lugar en concreto.
También hay organizaciones que venden camisetas u otros productos con el fin de donar, un tanto por ciento a organizaciones que con ese dinero ayudan a mujeres que han sufrido agresiones físicas, mentales o acoso. Cerca de nuestro alcance tenemos proyectos como: “Esta es nuestra manada” o “Anabella” que entre otras propuestas, organizan actividades para ayudar a personas con este tipo de problemas, dándoles apoyo, aportaciones económicas o lo que les sea necesario.
Nuestro instituto está muy concienciado con este problema y se realizan diversas actividades de sensibilización organizadas por el departamento de coeducación, convivencia e igualdad. El día 14 de noviembre los alumnos apoyaron la huelga de estudiantes convocada para defender los derechos de las mujeres en el aula y protestar por las actitudes machistas y sexistas que todavía hay dentro de ellas.
El pasado viernes 23 se celebraron en el I.E.S La Atalaya una serie de actos contra la violencia de género. Según palabras de Ana Forero, coordinadora de los programas de Convivencia y Coeducación y vicedirectora del centro. “El IES La Atalaya de Conil participa en el día para la erradicación de la violencia machista con la actividad "No somos muñecas" que ha consistido en la elaboración, por parte del alumnado y de las familias, de siluetas femeninas en cartón o madera con un doble mensaje: por un lado representan a las mujeres asesinadas este año y por otro quieren transmitir la lucha y la esperanza de las personas que nos manifestamos y actuamos en contra de cualquier tipo de violencia de género. Las siluetas han sido elaboradas con la ayuda del profesorado de varios departamentos y expuestas en diferentes ámbitos de nuestro Centro.
La filosofía del IES La Atalaya se basa en el trabajo desde las bases de la comunidad educativa, desde abajo hacia arriba, y de ahí surgen las demás propuestas realizadas el viernes 23: Nos hemos colocado nuestras camisetas violeta de la igualdad, y hemos asistido a un acto multitudinario en el patio en el que un alumno de bachillerato ha leído un manifiesto de hombres por la igualdad y una grupo de madres colaboradoras han ha hecho lo mismo con textos de la feminista nigeriana Chamamanda Ngozi. Luego, alumnos y alumnas de 1º de ESO han interpretado una canción en lenguaje de signos. Hemos dedicado el resto de la mañana a rodar un vídeo corto en el que participamos personas de toda la comunidad educativa y que se compartirá próximamente a través de las redes sociales”
Igualmente, durante este mes en Conil se han llevado a cabo charlas y conferencias sobre estereotipos de género y nuevas masculinidades que tratan de concienciar sobre este problema a los más jóvenes.
Estos valores y esta mentalidad contra todo acto relacionado con la violencia de género deberían inculcarse desde que somos pequeños e incluso reflejarse en canciones, películas, cuentos etc…
En el cine, este tema ha sido abordado en títulos como “Te doy mis ojos”, “Durmiendo con su enemigo” o “Millenium: Los hombres que no amaban a las mujeres” El pasado día 12 se proyectó en Cádiz el documental de Bertha Gaztelumendi “Volar” en el cual 9 mujeres cuentan los casos de violencia a los que sobrevivieron. Aunque contactamos con la directora y fuimos invitados a participar en la actividad por Emakunde, el Instituto Vasco de la Mujer responsable del proyecto, la falta de aforo en el palacio provincial impidió que nuestros alumnos estuvieran presentes en el acto.
Este tipo de actividades, siendo útiles, son pocas comparadas con todas aquellas que se deberían y nos gustaría hacer, pero para nosotros es un gran paso y una manera para animar a otros centros, organizaciones y personas a iniciar sus propios proyectos.
Creo que todo esto es totalmente necesario e incluso debería ser más frecuente ya que todavía existe una gran diferencia entre ambos sexos, cosa que ya no debería de existir. Aunque no lo veamos hay micromachismos asumidos como naturales en nuestra sociedad y aunque estemos luchando día a día contra ellos, siguen persistiendo.
Día a día, paso a paso, nuestra sociedad se va concienciando un poco más de todas las personas que como Laura Elizabeth, María o Sacramento sufren violencia de género y que las acciones que hagan aunque sean pocas son necesarias para, todos juntos, poder combatirla y eliminarla completamente.
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