En una calle sin ventanas

Naranjas de California

Nos vamos acercando a la fecha electoral que determinará el futuro cercano del gobierno de la comunidad y los diferentes sondeos solo se ponen de acuerdo en...

Publicado: 21/11/2018 ·
23:53
· Actualizado: 21/11/2018 · 23:53
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Autor

Luis Morales Quesada

Luis Morales Quesada, autor de este blog, es experto en Gestión y Conservación del Patrimonio

En una calle sin ventanas

Una reflexión sobre la importancia de conservar y poner el valor el conjunto histórico de Jaén y muchas cosas más…

VISITAR BLOG

Nos vamos acercando a la fecha electoral que determinará el futuro cercano del gobierno de la comunidad y los diferentes sondeos solo se ponen de acuerdo en que el grupo que más celebrará los resultados va a ser Ciudadanos. Muy por encima del efecto de la marca, del liderazgo y confianza que muchos andaluces están poniendo en un partido empujado por los discursos moderados de torrentes políticos como son Inés Arrimadas o Albert Rivera; no hay que ignorar el cambio político que está viviendo la sociedad andaluza después de cuatro décadas de gobiernos monocolor de PSOE. Hace años que la ilusión se acabó y la red social que el PSOE tejió en los ochenta del siglo pasado a base de dinero público y presupuesto institucional se ha roto con recortes sanitarios y escándalos de corrupción imposibles de ocultar. No existe el partido perfecto, suelo decirlo a menudo, sino el partido útil que pueda aportar algo. Y si primero Ciudadanos tuvo que ganarse el favor del votante para mostrarse como voto útil, éste, se ha transformado en estos años en “voto necesario” de cara a sumar mayorías, una vez quebrado el bipartidismo. Lo que algunos han presentado como un ejemplo de prostitución política, o dicho de otra manera más elegante, la facilidad de pactar a un lado y otro del centro según los resultados, solo ha conseguido convencer a la sociedad de una auténtica virtud: la utilidad. ¿Quién necesita entonces eso de una oposición autodenominada útil? Entiéndase el fracaso llamado “Juanma”. Ese es parte del éxito, solo este partido se presenta como capaz de acaparar de forma trasversal tantos sentimientos, incluso, contradictorios entre sí. Ya sean para evitar que un PSOE sin rumbo ni proyecto de país caiga en Andalucía también preso de Podemos, aquí llamado Adelante Andalucía; como para propiciar un cambio político tan necesario pactando con el PP, con “sorpasso” incluido. Y todavía estos partidos critican a los de Juan Marín por esta faceta sin entender que es eso lo que los andaluces más valoran cuando depositan en ellos su confianza. Si tiempo atrás alguien creyó que en Andalucía el centro político no tenía espacio se equivocó: la corrupción, el nepotismo y el caciquismo le han hecho el hueco suficiente para condicionar presupuestos, y quién sabe si en adelante para controlarlos. Han roto la baraja y ya no hay miedo, sino hartazgo en una región que tiene por principal hecho diferencial el fracaso social de la prometida California de Europa.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN