Tras la pasada manifestación organizada por Mesa de la Ría para la eliminación de los fosfoyesos en Huelva, me he quedado con sentimientos contrapuestos de lo vivido en la plaza de Las Monjas, lugar de encuentro para dicho acto. Por una parte, la asistencia no se equipara con el sentimiento generalizado que observo cada día, algo que me preocupa sobremanera, dada la falta de implicación activa de los onubenses, que somos quienes verdaderamente padecemos esta situación. Es triste participar en un acto por y para el beneficio de esta ciudad sin la implicación de ésta. Según diferentes datos, los números no superaron las 2000 personas, yo que me recorrí todo el espacio ocupado por los manifestantes, creo que se rozó las 3000, opinión personal, tan respetable como otras.
Por otra parte, los juegos políticos de quienes están al frente de esta ciudad, que no acaban de ponerse de acuerdo ni entre ellos, ni con los datos que llevan ‘fabricándose’ con respecto a la peligrosidad de las balsas y las supuestas alternativas que llegan desde distintos puntos de vistas y profesionales. Otro problema que añadimos al ya existente de la propia sustancia radioactiva con la que convivimos a pocos metros de las viviendas más cercanas.
Por otra parte, y para mí esto fue decepcionante, me sobró el carácter partidista en el que se tornó la intervención de Gavilán, al que a pesar de mis respeto por su labor, no era ni el lugar ni las palabras correctas, dando al final datos suficientes para que dichas quejas de otros partidos sean percibidas como una estrategia para captar votos -fuesen ciertas o no- como así ocurrió, cuando este encuentro debería haber tenido otro sentido, otro carácter más de unificación, de inconformidad, de incidir en esa visión que tenemos del peligro constante que nos está dañando, aprovechando el momento de concentración, y sobre todo, alejándose del terreno político, en el que tenéis muchos otros espacios.
Sea como fuere, y sin entrar en detalles de los participantes, en la magnífica coordinación y conducción del acto por parte de Toñi Alfonso y Micky Rodríguez, me quedé con cierta sensación de frustración y me da rabia haber augurado lo vivido, escrito semanas anteriores en este mismo espacio. Mi sentir sigue y seguirá siempre a grito de “Fosfoyesos fuera y marisma limpia”.
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