Si el salto al instituto supone un mundo nuevo y desconocido para los adolescentes, imagine que llega a un país nuevo, no conoce el idioma, o las costumbres. Nada. El miedo es real, pero hay que empezar, con la esperanza de que haya alguien que le ayude. En esta misma situación se vieron hace unos años Wassin, Youssef, Mike, Nemica, Ileana y Ramisha. Están entre los 14 y los 17 años, proceden de Nador (Marruecos), Dortmund (Alemania), Rumanía y Bangladesh, y estudian en el IES Costa del Sol de Torremolinos.
El centro cuenta durante este curso 2018/2019 con un 30% de alumnado extranjero y la convivencia de 29 nacionalidades, “aunque hay años que hemos tenido más de 30”, detalla Manuel Olmo, profesor de música.
Llega un alumno extranjero y comienza el plan de acogida en colaboración con el área de orientación y su tutor. Se le presenta a su curso y se le prepara un currículum adaptado en metodología y evaluación. Así, el primer año está acogido como alumno prioritario en el programa de Aulas de Acogida, detalla Karen Quill, profesora de Aulas Temporales de Adaptación Lingüística y coordinadora de Erasmus +.
“Empiezan con vocabulario y siempre intentamos poner a su lado a un compañero que hable su mismo idioma para que le pueda traducir”, explica Ana Isabel Bello, orientadora y presidenta de la ONG ‘Educar en Valores’.
¿Qué es lo más difícil de esta situación? Para los alumnos, el idioma. Ramisha Ahmed Akhter tiene 15 años y reside en Torremolinos desde hace cinco años. “Cuando empecé el curso me sentía muy sola y no había nadie de mi país, pero es verdad que todos me ayudaron mucho desde el principio”, cuenta.
Para los profesores, lo más complicado es la edad. “Cuando son pequeños son más fáciles”, cuenta Quill entre risas. “Además, hay que calmar a la familia y normalizar nuestro trabajo. También influye la nacionalidad. Si son europeos es más fácil; si son árabes, por ejemplo, cuesta más”, explica.
Manuel Olmo y Ana Bello han dirigido y producido un vídeo, en inglés y español, para dar a conocer las actividades de escuela inclusiva que lleva a cabo el IES Costa del Sol. “Lo creamos durante nuestra estancia de Erasmus + en Polonia e Italia para explicarles al resto de compañeros lo que hacíamos en nuestro instituto. La intención es divulgar, pero la verdad es que ha tenido mucho impacto”, cuentan Bello y Olmo.
“No nos quedemos sólo con la parte del idioma y la cultura, aquí trabajamos la inclusión a todos los niveles. Es importante destacar la labor que hacemos con alumnos que tienen dificultades motóricas, por ponerte un ejemplo”, incide José Estévez, director del centro. También forman a alumnos de Educación Compensatoria, es decir, menores que se encuentran en situación de desventaja social.
Asimismo, este instituto es el único de Andalucía que cuenta con una ONG: ‘Educar en Valores’, que organiza carreras, mercadillos y conciertos benéficos, entre otras actividades, además de promover los apadrinamientos en África.
Cada primavera, alumnos, profesores y familiares se reúnen en el centro en la Semana Intercultural. Llevan platos típicos de sus países y comparten unas horas juntos. Faltan hojas para dar a conocer la labor de sus docentes y alumnos.
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