El pasado viernes los carnavaleros de Huelva mostraron su capacidad para desarrollar una actividad que va más allá del propio acto en sí, siendo capaces de implicar a un gran número de personas, y lo que es más sorprendente, todas iban disfrazadas. Fue un enlace matrimonial que se pudo disfrutar en el Gran Teatro de Huelva, que llenó de colorido la calle Vázquez López en un simpático pasacalles que recorrió ambos puntos del camino, hasta encontrarse en las puertas del Gran Teatro.
Lo curioso es que dicho acto ha sido de las acciones más representativas que hemos vivido en los últimos años, siendo un evento particular, sin que la Federación del Carnaval de Huelva esté implicada. Desde que esta nueva Fopac regenta la fiesta de la alegría onubense, el Carnaval está rozando los porcentajes más bajos en cuanto a participación se refiere, y las respuestas de sus miembros siempre suelen ser las mismas: “La gente no colabora, no quieren, no se implican” (Fopac, 2018). Está claro que las más de 300 llamadas que según la Federación hace, no son suficiente para que se genere esa expectación, y lo controvertido del tema, que aún no se han dado cuenta, pues durante este año los carnavaleros no observamos cambios en las formas, y lo que es peor, tampoco en el fondo.
Está claro que los implicados están más motivados que quienes les representan “2 años más”, aunque no sean de Castilla y León. En este mes y a través de Viva Huelva -único medio escrito que está hablando de carnaval casi durante todo el año- hemos empezado a visitar los cuartos de ensayos de las distintas agrupaciones, obteniendo una visión poco satisfactoria del trabajo que realiza la Fopac, pero sí, hemos percibido una enorme motivación con la que ensayan cada noche para perfeccionar sus respectivos repertorios. En esa visión, observo que Huelva está en uno de los mejores momentos para que el Carnaval Colombino adquiera un protagonismo que ya se merece, y que en manos de quienes están, no parece que vaya a cambiar mucho, y me temo que esto puede ir a peor.
Tenemos a un alcalde implicado, junto a un Ayuntamiento dispuesto a colaborar, contamos con profesionales apoyando la fiesta, grupos de calidad que harán un gran concurso en 2019, gente muy ilusionada y con ganas de aportar nuevas alternativas, agrupaciones que venden nuestras coplas durante todo el año. Tenemos lo necesario para volver a recuperar ese segundo concurso mejor del carnaval de Andalucía, pero no tenemos quienes dirijan nuestras ideas, quienes materialicen las alternativas que se ofrecen, quienes arriesguen con ideas renovadoras, y lo malo, que hemos sido los propios carnavaleros los que hemos decidido dicha elección, con arcaicas metodologías de votación, pero elegidos al fin y al cabo. Para todo líder, es necesario tener presente que los hábitos se conquistan, los rituales se crean, las fronteras se rompen y los honores se establecen, lo único que sobra es la negatividad y el miedo al fracaso, y de eso, estamos ya cansados. Por cierto, felicidades a Diego Ortiz y Virginia Giraldo por ese original enlace.
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