Los algecireños no ven como fuente de problemas el asentamiento de comunidades de inmigrantes en la ciudad. Un 30,6% de los encuestados para un estudio sociológico realizado por la Fundación Márgenes y Vínculos en Algeciras a lo largo de 2017 piensa que los inmigrantes contribuyen a mejorar la vida en comunidad y un 35,4% que ayudan a mantener la convivencia. Un 16, 3% piensa que empeoran la convivencia y un 16,3 no sabe o no contesta.
Este estudio, cuyos resultados se han presentado esta mañana en rueda de prensa, revela también que el racismo sigue alimentando el sentir de muchas personas, y son más autóctonos que migrantes quienes perciben que hay vecinos racistas en su barrio. El 50,4 por ciento de los autóctonos asegura que las personas de su barrio tienen opiniones críticas hacia los inmigrantes mientras que el porcentaje de inmigrantes que tiene esa percepción es sólo del 33,3 por ciento. Quienes consideran falsa la afirmación de que en su barrio hay muchos racistas son un 28,8 por ciento en el caso de los autóctonos y un 50,3 en el de los inmigrantes.
El alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, y el presidente de la fundación, Francisco Mena, han explicado algunos detalles de la investigación y han presentado la jornada que se celebra esta tarde en el colegio público Campo de Gibraltar en la que personas de todas las organizaciones sociales de la ciudad van a participar en un coloquio titulado Algeciras, un espacio singular en la convivencia de culturas.
El estudio lleva por título El peso de la migración marroquí en la percepción del otro del imaginario colectivo de los habitantes de Algeciras y ha sido desarrollado dentro del programas Un barrio de todos, financiado por el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social y cofinanciado por el Fondo de Asilo Migraciones e Integración de la Unión Europea.
Landaluce explicó que Algeciras tiene una población flotante de 25.000 personas que hay que sumar a las registradas oficialmente, según un estudio de la Policía Nacional y añadió que en total son 129 nacionalidades las que conforman la sociedad algecireña de la que dijo que vive pacíficamente y en armonía. Esa es una de nuestras fortalezas, pero puede ser también un talón de Aquiles si no hacemos las cosas bien”, añadió.
Paco Mena dijo que Algeciras necesita un tratamiento singular de todos los poderes públicos porque es una realidad diferente y diferenciada. Y José Ángel Pone, subdirector de la fundación y coordinador del estudio, aseguró que es la primera vez que en esta ciudad se hace una investigación social de estas características y que se ha desarrollado cumpliendo con rigurosidad todas las exigencias científicas y técnicas. Añadió que para hacerlo se encuestaron a 451 personas y se entrevistaron en profundidad a otras 27.
Algunas de sus conclusiones más llamativas son los siguientes:
La ciudad de Algeciras es un caso singular en el Estado español en lo que al fenómeno de las migraciones se refiere. La crisis económica desatada en 2008 hizo que disminuyeran los flujos migratorios hacia nuestro país, pero en Algeciras la población asentada no ha dejado de crecer. Casi un diez por ciento de sus 120.600 habitantes actuales son de origen inmigrante y en ella viven personas procedentes de 104 países. El porcentaje de población de origen inmigrante bajó en España un -2,20 %, disminuyó en Andalucía un -1,31 y creció en Algeciras un +0,60 %. Un 60,52 por ciento de los inmigrantes son de origen marroquí. Además, el porcentaje de nacionalizaciones es aquí superior a los del resto del Estado. Entre 2011 y 2016 disminuyó en España del 0,24 al 0,20, se mantuvo en Andalucía en un 0,12 y creció en Algeciras del 2,50 al 2,80.
Esto ciudad es hoy receptora de lo que llamamos migración de retorno, que es la que componen aquellas personas de origen marroquí que llevaban años viviendo en el Norte de España o en otros países de Europa y que han decidido venirse aquí, más cerca de su país. Algeciras es hoy una realidad multicultural que intenta que la convivencia de sus ciudadanos sea cada vez más intercultural.
La gran mayoría de los algecireños tiene una idea sobredimensionada de la población de origen extranjero que vive en esta ciudad. El 76,1 por ciento falló en su apreciación, pues todos dijeron que Algeciras tiene más de un 10 por ciento de extranjeros y los que dijeron que hay más de un 30 fueron el 23,1 por ciento del total.
Los inmigrantes saben más sobre Andalucía y su cultura que nosotros sobre la de ellos. Por ejemplo, sólo el 44,5% de los autóctonos encuestados conocen quién es el presidente boliviano y el 48,3% quién es el rey de Marruecos mientras que el 56,1% de los inmigrantes sabe quién es el alcalde de Algeciras y el 59,4%, la presidenta de la Junta de Andalucía.
La interrelación civilizada entre vecinos de diferentes orígenes es una práctica cotidiana y habitual. Es lo que piensa la mayoría de los encuestados: El 60 por ciento de los autóctonos afirma que se relaciona diariamente con españoles y extranjeros y en el caso de los migrantes la cifra sube al 69,7. Además, el 65,7 por ciento de los españoles afirma que tiene buenos amigos de origen inmigrante y entre estos últimos el porcentaje de los que tienen amigos de origen español asciende al 78,8 por ciento. La población migrante tiene una visión más optimista o positiva de la situación.
La educación en colegios públicos con alumnos de una gran diversidad de orígenes recibe la aceptación y la valoración positiva mayoritaria de los encuestados.
La suma de quienes la consideran beneficiosa o muy beneficiosa entre los autóctonos es del 78,4 de las respuestas y entre los de origen extranjero, del 79,5.
La satisfacción de los inmigrantes con el sistema sanitario es generalizada pero la dificultad que tienen para alquilar vivienda en Algeciras es una realidad que dificulta la convivencia en igualdad. El 22,9 por ciento de las personas de origen extranjero contestaron que la han encontrado siempre; a veces lo contestó un 28,2 y el 5,9 respondió que rara vez. Nunca lo dijo solo el 39,4 por ciento.
El 50 por ciento de las personas de origen autóctono afirma que la existencia de los comercios de extranjeros es positiva y un 11,9 por ciento lo ve como muy positivo. Compran frecuentemente en las tiendas de marroquíes un 19,2 de los encuestados y a veces un 38,1. Sumados estos dos porcentajes, obtenemos un 47,3 por ciento.
Sobre los tópicos y estereotipos que aún perviven, estos son algunos datos:
-El tópico de que los inmigrantes aumentan el paro entre la población local no es tan mayoritario como se piensa. Quienes responden que influyen muchísimo es el 12 por ciento; los que dicen que mucho son el 20,5; quienes dicen que influye poco son el 32,2 y los que afirman que muy poco el 23,3 por ciento.
-Más extendido está el tópico que dice que los inmigrantes reciben más ayudas de las autoridades que la población local. El 51 por ciento de los encuestados piensa que esa afirmación es cierta y el 32,4 que este cliché es falso.
-Preocupante es que la mayoría de los encuestados autóctonos considera cierto que la inmigración trae más delincuencia. Lo opina el 40,4 de los encuestados, mientras que el 38,8 por ciento indica que es falso. Un 20,8 por ciento no sabe o no contesta.
-Alarmante es que el 18,5 por ciento de los autóctonos encuestados ve como algo normal que un vecino se dedique al tráfico de drogas para ganarse la vida.
-La mayoría de la población algecireña piensa que los hombres marroquíes son más machistas que los españoles. Es lo que sostiene el 61,9 por ciento de los encuestados.
-El hecho de que las mujeres marroquíes se vistan con la cabeza cubierta por un pañuelo es algo ya aceptado socialmente en Algeciras y no se ve como un síntoma de machismo o radicalismo religioso. El 45,9 por ciento lo ve como algo normal, a un 6,9 les parece positivo y a un 4,2 muy positivo.
-La mayor parte de los inmigrantes marroquíes que viven en Algeciras está satisfecha con su decisión de vivir aquí. Un 84,7 por ciento de los encuestados valora de forma satisfactoria o muy satisfactoria su vida en esta ciudad; un 45,5 por ciento dijeron que ha sido un acierto venirse aquí y un 19,1 dijo que fue un gran acierto. La mayor parte de los encuestados valora mucho el clima de libertades civiles y políticas que hay en España, pues el 55 por ciento dijo que le parece positivo y un 29,1 muy positivo.
El estudio concluye con una serie de recomendaciones a los poderes públicos para mejorar la convivencia en la ciudad, sugerencias que parten del hecho de que, como ciudad singular, Algeciras necesita un tratamiento singular y específico para prevenir, paliar y corregir las situaciones de conflicto que se pueden generar.
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