Esta vez, al de malacara no lo vimos vestido de cura con bufanda culé. Esta vez el seny, y no la provocación, que es lo que le mola y le ha caracterizado en muchas ocasiones, le ha dado el protagonismo de la actualidad política portuense. Ha demostrado honestidad, lealtad y sentido común.
Las maneras de expresarse y la forma de hablar pueden gustar más o menos, pero ahí queda. Hizo su trabajo y desde sus ideas trabajó para El Puerto. Pero, el manijero, el que no dejaba al portavoz acudir a la procesión de la patrona, ha movido sus hilos y han realizado una purga dentro del grupo municipal de la agrupación de electores de Levantemos. Ahí es cuando aparece la honestidad de Javier. El ex concejal tiene claro que Levantemos nace en 2015, para las elecciones. Recogieron firmas para presentarse y luego para elaborar las listas.
Según hemos podido leer, se marcha porque entiende que el proyecto muere en 2019, pero hay quien piensa que no es así. No confluirán porque quieren mantener su marca, el poder del manijero y todo lo que conlleva (en otra ocasión, hay para varios artículos).
Hay que tener en cuenta que, si entran en confluencia, los de la agrupación de electores saben que serán absorbidos por la Asamblea de IU, como ya hicieron con “los otros”, y, además todavía les duele la patada que les dieron el alcalde-selfie y los chicos de los 150 mil en campañas de publi. También ha demostrado lealtad. Consiguió su representación en el pleno tras dos procesos, uno interno y público, a través de mesas dispuestas por las calles de El Puerto, y, posteriormente, gracias a las elecciones municipales.
Ha entregado su acta en el momento que la asamblea del manijero se la ha pedido y con la cabeza alta se ha marchado. En el pleno hay ejemplos claros de todo lo contrario (en otra ocasión, que también hay para varios artículos), pero la gente de izquierda de verdad actúa de una manera, los fachoronados camaleónicos actúan de otra. Finalmente, el sentido común lo ha demostrado.
En la agrupación de electores, que no quieren que nadie haga carrera política profesional y mantenerse alejados de intereses partidistas, le ha exigido el acta. Es mucho mejor inventar colectivos, manejarlos e intentar vivir de la subvención. La coherencia y el sentido común del concejal han brillado más que la campaña de sus posibles nuevos compañeros, sí los de “contigo el puerto brilla”, tras tirar 150 mil pavos a la basura. ¡Qué lástima!
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