La Policía Nacional ha confirmado que ha detenido a un hombre en relación con el homicidio de un anciano ocurrido en Santander el 4 de febrero de 2017. El hombre de 81 años, con iniciales A.P.C., falleció asfixiado en un garaje de su propiedad en la calle Beato de Liébana, cercano a su vivienda en Alcázar de Toledo, tras ser abandonado después de ser víctima de un asalto.
Una llamada anónima realizada al día siguiente desde una cabina de Vitoria informaba de lo sucedido a la Cruz Roja de Madrid. Los investigadores difundieron la misma el 26 de septiembre buscando colaboración ciudadana para poder identificar al comunicante, lo que finalmente ha sucedido.
Los hechos sucedieron el 4 de febrero del 2017. Los agentes localizaron el cadáver del hombre de 81 años que había fallecido en un garaje al que acudía cada mañana a cuidar unos pájaros.
Tras varias gestiones, los investigadores comprobaron que el móvil del homicidio fue el robo pues los presuntos autores querían el dinero y las joyas que la víctima guardaba en una caja fuerte.
El anciano fue maniatado y amordazado, falleciendo por asfixia tras ser abandonado en el local.
Los autores se desplazaron hasta el domicilio del anciano que se encontraba en las inmediaciones. Allí estaba la pareja sentimental del fallecido, a la que también maniataron, consiguiendo sustraer las joyas que se encontraban en el interior de la caja fuerte.
A las 09.02 horas del día siguiente, y desde una cabina ubicada en la calle Paula Montal de Vitoria (Álava), un hombre que no se identificó llamó a la Cruz Roja de Madrid para informar de lo sucedido, alertando que había dos personas de avanzada de edad que podían estar heridas e indicando cómo llegar hasta ellas.
Los agentes especializados en la investigación de muertes violentas, dirigidos por el Juzgado de Instrucción nº 4 de Santander, han realizado numerosas gestiones para identificar a los presuntos autores de los hechos, ha indicado hoy la Policía Nacional en un comunicado.
ANTECEDENTES
Tras el hallazgo del cadáver, las primeras hipótesis apuntaron a que la muerte se habría producido por causas naturales ya que el cuerpo no presentaba signos de violencia, si bien poco después trascendió que podría haber fallecido por asfixia.
En esta línea, se barajó la posibilidad de que el anciano pudo ser retenido por unos ladrones a los que habría sorprendido en el interior de su garaje, donde le dejaron maniatado.
Dos días después del suceso, el 6 de febrero, el Juzgado de Instrucción número 4 de Santander decidió incoar diligencias previas por un presunto delito de homicidio, y el 27 de febrero declaró secretas las actuaciones.
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