El pasado vienes el gobierno marroquí abrió la puerta a la repatriación de menores extranjeros no acompañados, ahora mismo bajo la tutela de la Junta de Andalucía, para que regresen con sus familias. Sin embargo, colectivos como la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (Apdha) o la Asociación Voluntarios por otro Mundo, dudan de la efectividad de la medida. Así lo pusieron de manifiesto en la noche de ayer sus representantes en el espacio A Compás de Ondaluz TV, en el que se abordó la situación de los menores migrantes en la provincia de Cádiz.
Según Diego Boza, delegado provincial de Apdha, “es cierto que la ley de Extranjería lo contempla como una posibilidad, pero siempre que el interés superior del menor esté por encima de la decisión. En este sentido, antes de que se proceda a la repatriación de los menores albergados actualmente en centros de acogida, la Junta debería analizar cada uno de los casos antes de autorizar que sean reenviados con sus respectivas familias, ya que se parte de la idea falsa de que proceden de familias de clase media, cuando en realidad son de familias muy pobres y si han decidido cruzar el Estrecho hasta España es porque allí su situación no mejora. Así que solo se debería admitir la repatriación cuando se garantice la situación del menor a su regreso”.
El anuncio de Marruecos solo afectaría a los menores de nacionalidad marroquí, pero hay que tener en cuenta que el 80% de los menores tutelados actualmente por la Junta son de dicha nacionalidad. Aún así, Michel Bustillo, de Voluntarios por otro Mundo, coincidía con Boza en que “allí no los va a recibir nadie, no los esperan”; pero no solo eso, “si los repatrían, se vuelven al día siguiente. No lo soportarían, y así nos lo trasladan ellos mismos, ya que su meta es ésta. Les ilusiona Europa”.
Para la Apdha, la solución no pasa por esa repatriación, sino por aportar soluciones estructurales desde la propia administración andaluza, o con la colaboración de otras comunidades autónomas, ya que, ante el repunte que se está viviendo desde 2016 en la llegada de menores inmigrantes no acompañados, los centros de acogida son incapaces de atenderlos a todos en las debidas condiciones, y eso está provocando que “los menores se están yendo, abandonas los centros y no están controlados”.
Bustillo apunta al respecto una serie de mejoras en la “calidad de la acogida” y en las facilidades que se les debe dar para poder desarrollar una nueva vida en España: “Hay que escolarizarlos en cuanto llegan, no pueden estar un año entero sin formación, sin documentación, y hay que escucharlos”; una situación que se agrava en el momento en que cumplen 18 años “y quedan desprotegidos, lo que les abre la puerta a la exclusión social”.
El caso del centro en el Hotel Ávila
Apdha denunció este verano ante Fiscalía, la Junta y el Defensor del Pueblo la situación en la que se encontraban los menores migrantes acogidos en las instalaciones del antiguo Hotel Ávila, acondicionado como centro por una suncontrata. Según Diego Boza, la Junta hizo inspecciones en el edificio, “pero sigue habiendo conflictos y la Junta debe estar encima, porque si no los niños se van”; una situación que Michel Bustillo calificó de “máxima gravedad”.
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