Eutopía

Soñar es despertar

La filósofa malagueña María Zambrano escribió: “Y el lugar donde la esperanza se ha refugiado de manera más confiada es la Utopía”...

Publicado: 02/10/2018 ·
20:41
· Actualizado: 02/10/2018 · 20:41
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Autor

Belén Ríos Vizcaíno

Belén Ríos es trabajadora Social. Profesora de la Universidad de Huelva.

Eutopía

Activista Feminista. Compañera partícipe de la Defensa de los Derechos Humanos y Movimientos LGTBIQ

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La filósofa malagueña María Zambrano escribió: “Y el lugar donde la esperanza se ha refugiado de manera más confiada es la Utopía”... Ciertamente, esa utopía bien aprehendida es la dínamo de una transformación social que intenta destapar el barrizal de un sistema ideológico que nos vapulea desde su perspectiva neoliberal. Con su encarnizada economía, la perspectiva del beneficio del capital supera con creces la promoción de los derechos civiles, económicos y socioculturales de las personas... a las cuales necesita y responsabiliza. Constantemente vemos como los colectivos profesionales de diferentes sistemas españoles de protección social continúan reivindicando y manifestándose, mientras que una élite de responsables en el ámbito representativo, político, empresarial o financiero pueden despedirse de su trayectoria laboral, por supuesto con cifras astronómicas, pensiones vitalicias, incluso después de haber disfrutado de otros privilegios como puedan ser los famosos aforamientos.  A pesar de que las ondas que se expanden sean de inculcarnos que ya disfrutamos de un mínimo de recuperación, es preciso apuntar que los efectos producidos de este pasado y presente maridaje de corruptelas, sus secuelas, siguen afectando a la mayoría poblacional. Aún tenemos problemáticas importantes, como es el desempleo, la pérdida paulatina de los derechos laborales, una conciliación de la vida personal, familiar y laboral que no termina de estrenarse para todos los sectores, la discriminación o la vulnerabilidad y exclusión a la que se enfrentan grupos y colectivos determinados (personas sin hogar, migrantes, en situación de dependencia, con discapacidad, víctimas de violencia machista…) Nos movemos en los extremos, recortes vs. igualdad de oportunidades; eficacia y eficiencia vs. inconsciencia y despilfarro. Las ‘discordancias’ lacerantes y arraigadas en las estructuras a escala planetaria fomentan una frustración e incomodidad, y también por qué no decirlo, gestan masas sociales que pueden acomodarse al control y silencio a cambio de migajas de ayuda material. Ante este panorama bochornoso se sigue proclamando el consumismo. ¿No hemos entendido aún que esta crisis debe ser una lección vital sobre los valores en los que nos tenemos que reeducar y que debemos enseñar y transmitir a las presentes y futuras generaciones? ¿La crisis puede incubar las alternativas a las causas originarias de las problemáticas? O por el contrario, ¿se conformará con estar siempre latente, para aparecer cíclicamente cuando quien quiera más aproveche para obtener el doble, a costa de reducir drásticamente las expectativas y recursos del resto? El descubrir que la lámpara mágica del bienestar es limitada nos enseña nuevamente la incoherencia de ser encubridores/as  con un entramado que descarta y ningunea, buscando los mínimos en vez de los máximos niveles de justicia social. Mientras tanto, seguiremos observando cómo, por un lado, los partidos políticos hacen verdaderas filigranas con sus ‘dimes y diretes’ y cómo quienes conocen bien las entrañas financieras huyen a sus madrigueras con las previsiones obtenidas por la especulación. Como expresa Zambrano, “Soñar es despertar”. Soñemos, entonces, con una metamorfosis que nos implique y renueve…

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