Y los días del caos, también. No solo históricos sino, lamentablemente en este caso, narrativos. Pero luego se entrará en ello… Porque esta película, segunda en la filmografía de la realizadora turca afincada en Francia Deniz Gamze Ergüven, cosecha del 78 y firmante de la excelente ‘Mustang’ (2015), está ambientada en los años 90 en una Los Ángeles de barrios afroamericanos, con el racismo, el clasismo, las penalidades y violencias del día a día y el abuso de poder policial de fondo.
Una Los Ángeles que estalló en cólera tras el brutal apaleamiento de un ciudadano de color, que estaba reducido y esposado, Rodney King, por varios representantes de las llamadas fuerzas del orden. Una Los Ángeles que asistió impotente al simulacro de juicio del que, a todos los efectos, los culpables fueron exonerados. Una Los Ángeles de gente desheredada de la fortuna por su etnia, que tomó las calles, entre el vandalismo y la justa indignación, pero siempre en respuesta a la violencia institucional.
En esa Los Ángeles intenta sobrevivir una madre joven con muchos hijos a su cargo, propios y en acogida. Una mujer valiente y cariñosa que, pese a tenerlo todo en contra, intenta dar calor afectivo y mantener unida a su numerosa prole. A ella se unirá un algo excéntrico vecino blanco y su hijo adolescente que, a su vez, vivirá en carne propia el lado más oscuro de su ciudad.
Nada que objetar a esta historia -que cuenta con escenas documentales bien insertadas- salvo su muy deficiente guión y el efectismo, vacío de contenido y de ritmo, de su tratamiento. Su compulsión narrativa -salvo en algunas escenas potentes y veraces de la revuelta, así como otras del modus vivendi familiar- tiende tanto a la exasperación y se inserta tan caóticamente en el material que tiene entre manos, que se olvida de lo esencial.
La propia crítica al establishment racista se diluye ahogada entre las múltiples tramas, los excesos, la carencia de sutileza y la cadena de acontecimientos que afectan, casi sin solución de continuidad, a unos protagonistas pobremente desarrollados pese a que Halle Berry, sobre todo, hace lo que puede…
Producción francesa, fechada en 2017, de 92 minutos de metraje. La escribe (mal) la propia directora. Buena fotografía de David Chizalet, aunque la puesta en escena apueste por un frenesí descontrolado en las escenas de masas y una agobiante reiteración de planos cortos en las íntimas. La música de Nick Cave y Warren Ellis acompaña correctamente a la acción. Del resto del reparto, los menores están creíbles pero el personaje de Daniel Craig es, como poco, desconcertante.
Está dedicada a Ryan Dejuan Dunbar, un adolescente negro de 17 años que fue asesinado hace seis años en circunstancias no aclaradas. Hace dos días, la actriz de Urgencias, Vanessa Marquez, de 49 años, también de color, fue abatida por la policía cuando sacó una pistola de aire comprimido que tomaron -sin comprobarlo previamente- por un arma real.
Escrito queda. La pelota, en sus tejados.
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