La primera ministra británica, Theresa May, convocará el 13 de septiembre una reunión especial del Gobierno destinada a realizar preparativos en caso de que el Reino Unido no llegue a un acuerdo del "brexit", la salida del país de la Unión Europea (UE), revela hoy el "Sunday Times".
May ha pedido a sus ministros que se aseguren de no tener ningún compromiso el 13 de septiembre a fin de abordar ese día un plan sobre las medidas que habrá que adoptar en determinadas áreas en caso de una ausencia de acuerdo entre Londres y Bruselas sobre los términos de la retirada británica de la UE.
El Reino Unido y la UE negocian el "brexit", que se materializará en marzo de 2019, pero hay incertidumbre sobre si ambas partes podrán ponerse de acuerdo para octubre -la meta que se han fijado-, debido sobre todo a los problemas respecto a la frontera entre las dos Irlandas, pues el objetivo es que siga siendo invisible.
De acuerdo con el dominical británico, May ha convocado esta reunión porque teme que las disputas internas en el Gobierno entre los ministros euroescépticos y los proeuropeos sobre el "brexit" pueda perjudicar su posición negociadora frente a Bruselas.
Las instrucciones sobre este encuentro fueron remitidas a los ministros el viernes después de que el ministro de Economista, el proeuropeo Philip Hammond, advirtiera de que el Reino Unido saldría perjudicado económicamente si no hay acuerdo al estimar que el país podría aumentar su endeudamiento en 80.000 millones de libras (88.400 millones de euros) anuales para el 2033.
Londres divulgó el jueves documentos técnicos sobre los problemas que puede afrontar el país si no hay acuerdo, como un aumento de los pagos con tarjeta de crédito o una mayor burocracia aduanera.
Estos documentos -que abarcan sectores como el bancario, el farmacéutico, la investigación nuclear, los derechos laborales o los pagos para el sector agrícola británico-, contienen numerosos detalles sobre los eventuales preparativos.
Londres propuso el mes pasado a la UE la creación de un área de libre comercio para bienes tras el "Brexit", lo que evitaría los controles de aduanas y mantendría abierta la frontera con Irlanda.
Los ministros acordaron - en una reunión en la residencia campestre de May a las afueras de Londres- que, para posibilitar ese libre comercio, el Reino Unido mantendría una equivalencia regulatoria con la UE para bienes, aunque no para servicios.
Sin embargo, la propuesta ha causado fricciones internas en el Gobierno de May al no ser bien recibida por el ala euroescéptica, lo que llevó el pasado julio a la dimisión de dos destacados ministros - Boris Johnson como titular de Exteriores y David Davis como ministro del "brexit"-.
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