Es una pena que cada día sea más complicado encontrar un ejemplar de esta simpática especie, en otros tiempos tan común en nuestro litoral. El rasgo principal de nuestro amigo el camaleón y de ahí la adopción de esa cualidad por la especie humana, es su capacidad para adaptarse a su entorno y camuflarse ante un posible ataque.
Así nace una nueva especie: el camaleón 2.0. Esta nueva especie que se desenvuelve en el entorno digital a las mil maravillas, deambula por las redes sociales completamente adaptado a su nuevo hábitat. Sin reparos en adaptarse a las nuevas corrientes, vengan estas de donde vengan, izquierda o derecha ¿Y saben que raza se asemeja más a esta nueva especie? Pues si, vuelven ustedes a acertar, la política... aunque más que raza, yo la llamaría clase y en ocasiones, como dirían la nueva pero izquierda de toda la vida: casta.
Todavía recuerdo como el señor De La Encina se apresuraba a cambiar los carteles de apoyo a Susana Díaz en la sede del Partido Socialista en El Puerto una vez que Sánchez se proclamaba vencedor de las primarias en su partido ¡Y de Susanista a Sanchista! A esto se le solía llamar “cambiar de chaqueta” pero estos tiempos que corren relegan el uso de ciertas prendas de vestir que antes eran imprescindibles. Ahora es cuestión de hemeroteca, o como dicen aquellos: “la maldita hemeroteca”.
Y en eso, amigos míos, los políticos se llevan la palma. Ya hemos dejado atrás el Congreso Nacional del Partido Popular. Y comienza el baile y hasta que acabe, toda estrategia es válida. Y si no, fíjense en Soraya queriendo hacer valer su 43% de apoyos como aval para exigir esa misma cuota de presencia en la comitiva nacional.
Y claro, por arte camaleónica, los “Sorayistas” han hecho desaparecer tweets, comentarios y apoyos públicos que eran bien reforzados con su correspondiente foto como para dejar bien claro los dominios. Pero esos dominios ahora parecen caducos, y toca camaleonizarse y vitamineralizarse –¡jopé, de pequeño no me salía ese palabro!- y si es posible, borrar todo rastro que recuerde haber escogido el bando equivocado, por mucho que quieran adornarlo con la bandera de la unidad.Aquí en nuestra ciudad, en nuestra provincia, tenemos claros ejemplos de estos camaleones 2.0 ¿¡qué digo!? Camaleones no, ¡dinosaurios! Y todos sabemos cómo los dinosaurios se extinguieron.
A esos se los cargó un meteorito y espero que a los de aquí, los relegue un nuevo presidente. Y a los que no llegan a dinosaurio pero los observaban con envidia, me tomo la libertad de darles un consejo: sed fieles a vuestros principios y no actuéis pensando en el bien particular que eso, esos amigos, no debería ir unido a la actividad política.
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