El Barómetro Socioeconómico difundido por la Fundación Cámara y el Centro Andaluz de Prospectiva refleja que, a tan sólo diez meses de las elecciones municipales, hay un 16% más de sevillanos que creen que la ciudad ha mejorado durante el año pasado con el gobierno de Espadas que aquellos que estiman lo contrario, y que esta opinión favorable se ha ido incrementando a lo largo del trienio que va de mandato. Son buenas noticias para el alcalde y podrían ser mejores para su percepción general si no siguiera empecinado en la ampliación del tranvía, que tan sólo es prioritaria para un 10% de los sevillanos. Estos apuestan claramente por ampliar la única línea de Metro existente y por la conexión ferroviaria con el aeropuerto, y otorgan al tranvía peor valoración que al tren de cercanías y al propio Metro.
El argumento de Espadas de que con la ampliación del tranvía se duplicaría el número de viajeros es una hipótesis por demostrar y no es una justificación válida. Monteseirín hizo una promesa similar cuando la prolongación hasta San Bernardo y el resultado ha sido el contrario: el número de viajeros no deja de caer año tras año. Gastarse 49 millones en esta infraestructura redundante cuando tenemos siete de los barrios más pobres de España no es desde luego una prioridad y así lo ve la inmensa mayoría de los sevillanos, aunque mucho nos tememos que Espadas no dará su brazo a torcer.
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