El hombre que atacó el viernes a cuchilladas a los pasajeros de un autobús en Lübeck (norte de Alemania), un ciudadano alemán de origen iraní de 34 años, comparecerá ante el juez de instrucción, mientras se investiga el móvil de la agresión, que dejó diez heridos.
Tanto la Policía como la Fiscalía consideran que no hay indicios que apunten a una radicalización en agresor ni a un trasfondo terrorista, indicaron en una conferencia de prensa en la noche de ayer, horas después del ataque, que se produjo sobre las 13:30 horas locales (11:30 GMT).
La Fiscalía acusa al atacante, de origen iraní y residente en Lübeck, donde adquirió hace años la nacionalidad alemana, de intentar provocar un incendio y de causar lesiones físicas graves a varios pasajeros.
Cinco de los diez heridos ingresaron ayer en un hospital, tres de ellos con lesiones graves, explicó la portavoz de la Fiscalía, Ulla Hingst.
El agresor usó un cuchillo de cocina para atacar a los pasajeros del autobús, después de que se advirtiera de la presencia de una substancia sospechosa en su mochila, en la que llevaba material acelerador de ignición, aunque no explosivos.
En el autobús, que se dirigía a la vecina localidad de Travemünde, donde este viernes se celebraba una fiesta popular, viajaban en el momento de producirse el ataque alrededor de 70 pasajeros.
El conductor del vehículo abrió rápidamente las puertas para permitir que el pasaje se pusiera a salvo.
El atacante fue reducido por un grupo de personas y poco después quedó detenido, tras personarse una patrulla policial que se encontraba en las inmediaciones.
El tráfico rodado fue restablecido a media tarde en la zona, tras haber quedado cortado durante horas en un amplio radio de seguridad, mientras se investigaba el contenido de la mochila que había quedado abandonada en el autobús.
Inicialmente, algunos medios locales habían hablado de catorce heridos y hasta un muerto, algo que posteriormente fue desmentido por las fuentes policiales.
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