Desde luego España es un país sorprendente. Y entre las muchas sorpresas que nos depara nos ha hecho vivir un cambio de gobierno basado nada menos que en un párrafo de una sentencia judicial, que por otra parte es algo ajeno al propio contenido de una resolución de esa naturaleza, siendo muy discutible que las sentencias deban hacer ese tipo de comentarios. Pero es que en el fondo lo que ha provocado el cambio ha sido la corrupción y la falta de actuación de un gobernante como Rajoy, que por otra parte ha tenido una salida modélica renunciando a prebendas y volviendo sin más a una plaza que se había ganado opositando en su día.
Se podrá estar más o menos de acuerdo con la actuación del Sr. Sánchez, pero no hay duda que ha estado hábil en la consecución de un objetivo que se le había metido entre ceja y ceja. Y nuevamente hemos vuelto a vivir ese fenómeno absurdo de que el cambio de partido gobernante ha hecho que nada menos más de 6.000 altos cargos y asesores cambien en unos días. Hablamos de más de 4.000 funcionarios de libre designación, casi 600 asesores de esos altos cargos y de más de 35 millones de euros de sueldos públicos que pasan a otras personas.
Las cifras que he leído hablan de unos 1.000 millones de euros anuales si incluimos las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos para pagar a unos 20.000 asesores y altos cargos. El Sr. Sánchez, que va a estar un breve tiempo en el Gobierno por mor de que la legislatura tiene en todo caso un período limitado, sin embargo no ha dudado un momento en enzarzarse en una pelea de nombramientos de personas de su entorno, con algunos casos tan llamativos como nombrar para el que siempre han pedido que fuera un organismo imparcial -el CIS- a un miembro de la ejecutiva del PSOE. Es claro que los demás también lo han hecho antes, pero es especialmente incomprensible en estos momentos y con ese límite temporal.
Así que cuando por otro lado le oímos decir que este país debe abrir un debate sobre la subida de impuestos, no podemos sino proclamar que el debate que debe abrir este país es ése del tamaño de la Administración, su parcialidad y el enorme gasto que debe reducirse drásticamente para que podamos contribuir a la riqueza en lugar de sostener todo ese conglomerado.
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