El pasado día 25 de junio se consumaba el desahucio una vivienda en la calle San Agustín de la capital malagueña de Karima, mujer víctima de violencia machista con un treinta por ciento de minusvalía, madre de una niña de 14 años que contaba con la ayuda al alquiler social del Ayuntamiento de Málaga concedida. De Karima dice la Plataforma Antidesahucios de Málaga (PAH) que fue “expulsada brutalmente de su hogar y detenida en la comisaría de Policía Nacional de Málaga”. Junto a ella, fueron detenidos dos activistas, Fali y Juan Pablo que hoy se enfrentan a un juicio en la capital malagueña. Por ello, la plataforma ha convocado para las diez y media de la mañana de este martes una concentración frente a la Ciudad de la Justicia malagueña.
Los convocantes aseguran que “nos concentramos en la Ciudad de la Justicia para denunciar a Banco Santander y a las instituciones cómplices, a la par que apoyar a Karima, Juan Pablo y Fali”.
Desde la Plataforma se insiste en que Juan Pablo y Fali son dos “defensores de los derechos sociales, de una vivienda digna para todas, del artículo 47 de la Constitución española, detenidos por tratar de impedir que Karima y su hija fueran arrojadas a la calle”.
Desde PAH se califica a este hecho “sin precedentes” en la ciudad de Málaga, ya que aseguran que “hasta ahora no habían criminalizado hasta el punto de la detención a una persona que expulsaban de su hogar y sólo en dos ocasiones muy excepcionales, activistas participantes de un piquete antidesahucios habían resultado detenidos en Málaga”.
Desde la PAH muestran en este caso “toda nuestra repulsa para que no cunda el ejemplo ya que al salir de comisaría, Karima tuvo que ser atendida de urgencia y trasladada al hospital en ambulancia, dado el estado de shock en el que se encontraba, llegando al desmayo”.
Insisten además en que tras meses de negativa del Banco Santander ante la solicitud de un alquiler social para Karima, “la tarde después del desahucio y las detenciones, después de que el drama fuera recogido en medios oficiales, Banco Santander ofrecía un alquiler social para Karima en otra vivienda, a través de una mediadora en un plazo de dos semanas”.
Sin embargo, en la actualidad relatan que Karima se encuentra recogida en una residencia de ancianos, algo que “evidencia la falta de alternativa de las instituciones” y a la espera de que el banco cumpla con lo anunciado.
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