Hace tan sólo seis años, el PP de Javier Arenas derrotó por primera vez al PSOE andaluz, liderado entonces por Griñán, en unas elecciones autonómicas al obtener casi 50.000 votos y tres diputados más y, con 50 diputados, quedarse cerca de la mayoría absoluta. Sólo la coalición del PSOE con Izquierda Unida impidió que llegara a gobernar. Por eso lo que más resalta en el Barómetro de junio realizado por SW Demoscopia para el grupo Publicaciones del Sur es, si hoy se celebraran elecciones, el hundimiento del aún principal partido de la oposición andaluza, que pasaría de sus actuales 33 diputados a 23, empatado con Ciudadanos pero superado por la formación naranja en número de sufragios. En tan sólo un sexenio, el PP habría perdido más de la mitad de sus escaños y de sus votantes. La razón de esta presumible debacle es, a ojos de los andaluces, su deficiente labor de oposición (el 52% la califican entre mala y muy mala) y la falta de liderazgo de Juanma Moreno, el peor calificado globalmente de entre los dirigentes, aunque no hay que olvidar que también le ha pasado factura la coyuntura nacional del PP, con la moción de censura perdida por Mariano Rajoy y su ausencia de líder actual. Si a ello se le une que es el partido que más rechazo suscita tras Podemos, están todos los ingredientes para comprender por qué el PP está a punto de verse sobrepasado por Cs en el Parlamento andaluz.
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