Phillip Garrido, de 58 años, y su esposa Nancy, de 54, que se declararon no culpables, fueron acusados de cargos múltiples por violación, actos lascivos y secuestro con objetivos sexuales contra la víctima.
Además, Garrido afrontará cargos adicionales debido a su pasado criminal, que incluye condenas por violación y secuestro. Garrido estuvo en prisión desde 1977 a 1988 por una serie de agresiones sexuales cometidas en noviembre de 1976, según Suzanne Pardee, portavoz del correccional del Estado de Nevada.
Fue condenado a 50 años de prisión por el caso, pero obtuvo la libertad condicional en 1988.
Según el fiscal del distrito del condado de El Dorado, Vern Pierson, Garrido y su esposa podrían afrontar ahora múltiples cadenas perpetuas si son declarados culpables.
Los Garrido permanecerán retenidos por las autoridades y sin derecho a fianza.
El juez del caso, Douglas Phimister, citó a ambos para una audiencia judicial el próximo 14 de septiembre.
La víctima del caso es Jaycee Lee Dugard, que tenía 11 años cuando fue raptada en la calle, al sur de South Lake Tahoe y ante los ojos de su padrastro.
La joven permaneció en paradero desconocido desde el 10 de junio de 1991 hasta que se presentó en una comisaría para identificarse y denunciar los hechos, después de que la policía se topara con Dugard mientras llevaba a cabo otra investigación.
Este viernes la policía de Los Ángeles admitió que perdió hace tres años la oportunidad de encontrar a la mujer secuestrada.
El policía local Warren Dupf afirmó que en noviembre de 2006 recibió una llamada en la que se denunciaba que un grupo de adultos y menores vivía en tiendas de campaña situadas en el jardín de sus vecinos.
Sin embargo, la policía nunca llegó a revisar el jardín, por lo que se perdió “la oportunidad de rescatar a Jaycee”.
“Debimos ser más inquisitivos, más curiosos”, añadió Dupf. Los agentes comunicaron que durante ese tiempo la víctima, ahora de 29 años, dio a luz a dos bebés, dos niñas, cuya paternidad correspondería supuestamente a alguno de sus secuestradores.
En un registro de la casa de los detenidos los agentes encontraron una zona oculta en la parte posterior del jardín con tiendas de campaña y algunas edificaciones donde, al parecer, la víctima y sus hijas pasaban la mayor parte del tiempo.
Dugard vivió durante varios años encerrada en ese cobertizo y tuvo allí a sus dos niñas, de 15 y 11 años, donde también las crió.
El propio Garrido ya ha mostrado sus primeras impresiones desde la cárcel y en declaraciones al canal KCRA, de Sacramento, afirmó sentirse “aliviado” por su detención.
“Me siento mucho mejor ahora”, dijo. “Esto es un proceso que necesitaba tener lugar”, apuntó el sospechoso, quien manifestó que la gente quedará impresionada cuando conozca toda la historia alrededor del suceso.
“Esperen a escuchar lo que ocurrió en la casa. Es algo repugnante que me ocurrió al principio, pero cambié mi vida por completo”, manifestó.
Además, la policía local de Pittsburg (California) obtuvo una orden de registro para inspeccionar la casa de los Garrido en busca de pistas relacionadas con una serie de asesinatos de prostitutas, ocurridos a comienzos de los 90.
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