De sobra sabe el viejo que por el pellejo corrió su vida, a borbotones, como transitan los sueños y los años, dejando arrugas en la frente y costuras en el alma. El pobre Sabina no lograba completar el concierto de este sábado en el WiZink Center de Madrid. Como no le faltaron las ganas, sino la voz, se quedó en el “Y, sin embargo”, dejando a su masa de seguidores doblemente compungida. Es el riesgo que corren quienes ya parecían amortizados y, de buenas a primeras, vuelven a ocupar el centro del escenario ante un auditorio confiado en que se obre el milagro. El Gobierno de Pedro Sánchez, tras aceptar la dimisión forzada de Màxim Huerta, se afana en completar la nómina de responsables de segundo y tercer nivel. No se divisan jienenses en lontananza. Hurtado, no obstante, confía en la abnegada progresión de Felipe Sicilia en el grupo parlamentario y en el grado de veteranía de Micaela Navarro, institucionalizada en una de las invisibilizadas vicepresidencias del Congreso. Y, sin embargo, Sevilla es otra cosa: allí la prédica de Paco Reyes tiene, presto, a un consejero con tablas, Felipe López, y a no menos de una decena de cargos intermedios. La proximidad de Reyes al proyecto de liderazgo de Susana Díaz no le excluye de otras sumas. La vida orgánica es un carrusel. Hace apenas 6 años Paco Reyes y el recién nombrado delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Rguez. Gómez de Celis, se inclinaban por la solución Rubalcaba frente a la opción de Carme Chacón que defendía Susana. Hoy en día el sevillano forma parte del iniciático club de los discípulos Pedro Sánchez, en tanto el jienense, asentado en una estructura de poder provincial cuasi perfecta, disciplinada y atenta, se alinea/alía con la griñanista Susana, cuando todo el mundo sabe que ningún buen zarriísta pudo nunca ser griñanista sin caer en pecado mortal. Sevilla estallaba el miércoles pasado en primaveras deliciosas de sobremesa. Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo, intentando a duras penas que su plan de unidad de acción no se hiciera añicos antes de nacer. Juanma Moreno, aferrándose con igual fuerza/dependencia a Javier Arenas como al cuento del pastorcillo mentiroso que advertía a gritos sobre la cercanía del lobo. Me refería, en efecto, al hipotético adelanto electoral en Andalucía.
Gabino Puche, el junco, del Pósito a Siles, inspeccionaba el terreno del retorno de De Moya. No esperaba menos Josenri. Miguel Contreras le protegió en su comparecencia ante el juez Valdivia Milla del mismo modo que al ex secretario de Estado no se le pasó por la cabeza hacer lo propio cuando, en 2016, a Contreras le tocó declarar como imputado en el ‘caso permuta’. Juan Fernández tampoco se rinde, por más que en Linares las nuevas inversiones no arriben y los japoneses se instalen a pocos kilómetros, en La Carolina. “Paco Vallejo que estás en los cielos”. Princesas que no desean ser descubiertas como simples cenicientas. El Corte Inglés en la ciudad de Jaén huye de convertirse, más pronto que tarde, en calabaza. Ni outlet ni niño muerto. 25 años de la UJA, acto central: 25 años de universalidad, remarcaba el rector Gómez Ortega. En este contexto, el reconocimiento a los 97 municipios (12 quedaron sin recoger) representó un saludable guiño de complicidad. El discurso de la presidenta, Susana Díaz, a propósito, memorístico, preciso y financieramente comprometido. El alcalde de Linares solo apareció ‘enlatado’ en el vídeo conmemorativo. Tenía pleno en su pueblo: otra nueva oportunidad de enfrentarse descarnadamente, a cara de perro, a su otrora compañera Pilar Parra. Y del campus linarense, ¿cuándo hablamos en serio? ¿Quién lo llenará de contenido? Subdelegado del sanchismo en Jaén. ¿Quién dijo tender puentes? Si con Gómez de Celis, la delicadeza correligionaria brilló por su ausencia, ¿ustedes creen descartable, ahora, que el nuevo subdelegado del Gobierno central en Jaén pueda ser Valeriano Bermúdez o Antonio Fernando López? Ayer, Julio Millán y José Sánchez repetían primarias, esta vez, las de la nominación a alcaldable (245-135). Pero Julio necesita a toda la agrupación, porque últimamente son menos que nunca, poco más de 500. Al fondo, el tranvía aúlla su vejez prematura. Pellejos de viejo sin haber disfrutado a plena luz de sus años mozos. Decía el gran Jorge Semprún que no hay modernidad sin sacrilegio, y el sostenimiento del sistema tranviario de Jaén solo será posible a costa de la desaparición de determinados privilegios en materia de transporte urbano. Cosa parecida a la antitética coexistencia entre el actual Corte Inglés y el 'Jaén Plaza' que viene. ¿Qué será, a medio plazo, de la Jaén que conocemos, soportamos y hasta queremos? ¿Qué será de nosotros cuando caigamos y otros ocupen nuestro lugar?
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