Un jurado popular ha declarado por unanimidad culpable a un hombre, ciudadano irlandés, como la persona que colaboró en las labores de vigilancia y fuga del autor material de la muerte de un compatriota, sobre quien alguien desconocido ejecutó con dos disparos en la cabeza a bocajarro.
Los miembros del jurado han considerado no probada la tesis del fiscal de que el acusado fuera quien disparara a la víctima aunque la gorra con su ADN fue hallada en el coche en el que se fugaron, por lo que lo sitúa en el escenario del crimen.
El veredicto considera probado que era suya la pistola hallada en el apartamento de Villa Padierna, en Benahavís (Málaga), donde fue detenido el acusado.
Por otra parte, los miembros del jurado eximen al acusado de la tesis de la guerra de bandas o de que el procesado fuera un sicario a sueldo de una de las organizaciones.
En dicho veredicto, tampoco se considera probado que el acusado cobrara por participar en el crimen, ni que perteneciera a una organización criminal.
Tras el veredicto, el fiscal ha modificado la petición de prisión permanente revisable por 25 años de cárcel como autor de un delito de asesinato y tres años por tenencia ilícita de armas.
La defensa ha anunciado que recurrirá el fallo y ha pedido que, mientras tanto, la condena se le rebaje a 20 años de prisión por asesinato y tenencia ilícita de armas.
La tesis del fiscal era que el encausado actuaba al servicio de una de las referidas organizaciones y que ostentaba un elevado nivel de vida en nuestro país disfrutando de viviendas de lujo, coches de alta gama y múltiples viajes al extranjero, entre ellos a Dubai o Tailandia.
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