Ya hemos conocido la sentencia del caso Gürtel en el que empresarios y dirigentes del Partido Popular han sido condenados a varios años de prisión, y en la que se recoge que los populares de Valencia financiaron las elecciones de forma ilegal a base de comisiones recibidas de aquellas que organizaban los eventos de la Comunidad y hacían las obras más importantes de la misma. Tantos unos como otros son gente sin escrúpulos que deben estar fuera de la sociedad.
Las consecuencias de esta deslealtad nos han llevado a una moción de censura que ha provocado la presidencia del Gobierno del Partido Socialista en la persona de Pedro Sánchez, y a la retirada de la vida política de Mariano Rajoy por unos hechos acaecidos en años anteriores a su mandato.
La Justicia es lenta pero segura y estamos a la espera de la sentencia de los EREs, donde altos cargos de la Junta de Andalucía, incluidos dos ex presidentes, se sientan en el banquillo de los acusados por un fraude de más de 800 millones de euros destinados a los parados.
Una absoluta y total felonía que se pretende excusar en que ni Chaves ni Griñán se han llenado los bolsillos, y puede que así haya sido, pero lo cierto es que lo mismo uno como otro abrieron presuntamente de par en par la caja de los caudales públicos para que miembros de su Gobierno, empresarios, amigachos y familiares metieran la mano “trincando” cuanto podían. Y ya se sabe, en la tierra de Mahoma lo es tanto el que da como el que toma.
Supongo que si son condenados, Pedro Sánchez dará ejemplo a todos los españoles presentando su dimisión en el Gobierno y en el partido, tal y como le ha estado exigiendo durante años a Mariano Rajoy.
La política deben ejercerla personas honestas y de eso deben cuidarse los partidos, haciendo un chequeo a fondo a cada uno de los cargos que militen en sus filas. Una última reflexión: creo que Susana Díaz, nuestra presidenta andaluza, va a adelantar las elecciones.
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