Las estadísticas de la Junta de Andalucía revelan que en el año 2016 murieron 6.168 personas en la ciudad de Sevilla, a un promedio de 514 cada mes. Basten estos datos para comprender los problemas que se pueden producir con el cuadrante laboral elaborado por los responsables del cementerio municipal de San Fernando, en virtud del cual y debido a la falta de personal el crematorio será sometido a cierres parciales o totales durante 37 días en los meses de julio y agosto. Gobernar, ya lo hemos dicho muchas veces, es prever y el Ayuntamiento, a menos de un mes para que se inicie el periodo estival por excelencia, no puede escudarse por más tiempo en la tasa de reposición cero que impuso en su día el ex ministro de Hacienda Cristóbal Montoro, ya que se podía obviar mediante la declaración de un servicio como básico.
Y no cabe duda alguna de que éste lo es. Otra opción que creemos posible, al igual que se hace durante Semana Santa, Feria y Navidad en empresas municipales como Tussam y Lipasam, sería al menos realizar contrataciones temporales para el cementerio. En última instancia carece totalmente de sentido haber invertido en mejoras en los hornos crematorios para ahora dejarlos parcial o totalmente cerrados durante los meses de verano, con el riesgo de añadir dificultades a las familias que en los momentos de mayor dolor precisen de ese servicio para sus seres queridos.
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