Las alegrías del sector turístico, que en 2017 volvió a batir récords de visitantes e ingresos económicos y en 2018 se presenta como un “año histórico”, no alcanzan a todos los empleados de la industría. Por ello, los sindicatos CCOO y UGT convocaron una marcha, que arrancó este martes en Marbella y recorrerá la Costa del Sol hasta llegar el viernes a la capital, para reivindicar mejoras laborales para los empleados del sector de la hostelería. Así, la secretaria general del sindicato de Servicios de CCOO, Lola Villalba, señaló que la movilización permite denunciar que “en el mejor año turístico de la historia, tenemos una mesa de negociación que está obstruida por la parte de la patronal”.
La movilización, en protesta por la falta de avance en las negociaciones con la patronal sobre el convenio de hostelería de la provincia, que afecta a 85.000 trabajadores, se desarrolla a unas semanas de que los sindicatos decidan si convocan huelga para este verano. “Los beneficios de los empresarios aumentaron un 36 por ciento en los últimos cuatro años y los sueldos de los empleados, un 4,5 por ciento. Llegó el momento de pedir parte de una riqueza que debe que ser compartida. Queremos formación, derechos y mejores condiciones laborales”, indicó Lola Villalba.
“Si no hay avances, nos veremos obligados a convocar en junio huelga en julio y agosto”, manifestó Villalba, quien aseguró que esperarán al último momento para fijar los paros porque saben que “el mero hecho de convocar la huelga ya hace daño”.
El convenio de hostelería, que finalizó en diciembre, se mantiene vigente a falta de un nuevo acuerdo porque incluye una cláusula de ultraactividad. “Queremos evitar que los derechos de los trabajadores del sector se retraigan 40 años, a pesar de las buenas previsiones del sector”, afirmó el responsable de Hostelería de UGT en Andalucía, Sergio de Oses.
En las ocho reuniones mantenidas hasta la fecha entre patronal y sindicatos no se ha producido un acercamiento entre las propuestas de ambas partes. De Oses “valoró” el interés mostrado por parte del consejero de Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía, Francisco Javier Fernández, para mediar en el conflicto, aunque de momento “no se ha implicado de manera oficial”.
Unas quinientas personas, entre delegados y afiliados que están de descanso, participaron en la primera jornada de la marcha, a la que se sumará el 1 de junio otra movilización frente al Palacio de Ferias de Málaga, con motivo del congreso que organiza la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat).
Convenio “digno”
Asimismo, la secretaria general de UGT-Andalucía, Carmen Castilla, reclamó la firma de un convenio en Málaga acorde al incremento del turismo y de las ganancias de los empresarios, para así acabar con la “precariedad laboral” instaurada en el sector y dotar de “dignidad” al empleo que genera. Además, criticó que se hable de recuperación económica y de buenas previsiones turísticas, cuando las condiciones laborales “dejan mucho que desear”.
La cara B del turismo
El diputado regional de IU José Antonio Castro, que participó en la marcha, calificó de “incomprensible” que haya empresas del sector que generen “multitud de beneficios a la vez que precarizan el empleo”. “La calidad de nuestro destino turístico está íntimamente ligada a la calidad del empleo. La prestación el servicio la dan los trabajadores. Si no están bien remunerados o carecen de los derechos que han ido adquiriendo a lo largo de estos años, no tendremos calidad en el turismo”, aseguró.
La CEM, “preocupada”
Por su parte, el presidente de la patronal andaluza, Javier González de Lara, admitió que están “preocupados” por la situación de la negociación, en la que las partes están “un poco enfrentadas”, ya que “es un convenio importante, porque además tenemos la temporada turística muy próxima”. Por ello, incidió en poder “ceder hasta donde seamos capaces para alcanzar ese gran acuerdo que todos desearíamos”. No obstante, recordó que siempre que se ha negociado un convenio de hostelería en Málaga, dada la “relevancia que tiene”, porque aglutina al 40 por ciento del turismo andaluz, “ha habido tensiones”.
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