Eutopía

Amar la contracorriente

Detrás de las fobias hay cenagales de inseguridades. El miedo impugna la policromía porque se encuentra esclavizado a amarres nada positivos

Publicado: 21/05/2018 ·
13:03
· Actualizado: 21/05/2018 · 13:03
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Autor

Belén Ríos Vizcaíno

Belén Ríos es trabajadora Social. Profesora de la Universidad de Huelva.

Eutopía

Activista Feminista. Compañera partícipe de la Defensa de los Derechos Humanos y Movimientos LGTBIQ

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Detrás de las fobias hay cenagales de inseguridades. El miedo impugna la policromía porque se encuentra esclavizado a amarres nada positivos. Los bloqueos arbitrarios hacia otras personas son trampas que sólo conducen al fanatismo, y éste solo se hermana con la intimidación y la violencia. Ser y defender la diversidad para muchas/os nos ha supuesto experimentar las horcajadas de los duelos y las pérdidas. Quienes hemos podido padecer el rechazo por la diferencia sabemos que supone romper los esquemas y resistirse a lo falsamente “normalizado”. Conocemos cuál es el sabor amargo de la exclusión, pero también cual es el tacto de la libertad de existir sin encajes, ni corsés, ni máscaras con respecto a nuestra identidad de género y/o orientación sexual. Sabemos que puede suponer fracasar y levantarse, hasta que llega ese momento en el que amas la contracorriente. Personalmente, lo que me supuso un derroche de superación fueron las ausencias obligadas, los raudales de discursos que nos señalan como “imperfecciones”, las miradas que se dirigen hacia otro lado o las manos cerradas….pero lo cierto es que no hay mayor dolor que no poder ser una/o misma/o. Como cualquier ser humano, el camino tiene sus alegrías y derrotas. Pero quienes siguen intentando y aprendiendo a salir de las espirales del sufrimiento buscan respetarse y extender esta actitud hacia el resto. Ayer, 17 de mayo, se celebró el Día Internacional contra la Lgtbfobia. Recordatorio de que las personas con diversidad afectivo-sexual somos simplemente Personas, con los mismos derechos y libertades. No tenemos que pedir permiso para existir, ni necesitamos el “perdón”, ni beneplácitos, ni otras supuestas concesiones, ni divinas ni humanas. Erradicar los delitos de odio sigue siendo una urgencia para un contexto que hasta hace muy poco tiempo recibía los azotes del nacionalcatolicismo y que en el presente tiene muchos ramalazos de persecución a los valores. En esta fecha se explica que las relaciones afectivas LGTBIQ (lesbianas, gais, transexuales, bisexuales, intersexuales y queer) tienen múltiples formas de manifestarse que ya no están tabuladas dentro de clasificaciones de patologías, enfermedades o trastornos mentales o disforias de género, tal y como expone la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud y otros organismos internacionales. Si en España vamos despacio, pero avanzando a pesar de los grupos religiosos más radicales y menos democráticos, mirar hacia otras “naciones” no es más reconfortante. Todavía en 72 países las condenas no sólo se establecen en ámbito familiar-privado, se extienden hasta las máximas vejaciones (hostigamiento, acoso, abusos, tortura, penas privativas de libertad, reclusión en campos de concentración y asesinato) y las posibles salidas van desde el retraimiento, aislamiento, migraciones, hasta desgraciadamente el suicidio. Respirar la Igualdad y educar en ella nos descubre una sociedad en la cual su ciudadanía tiene oportunidades para no anclarse ideológicamente, rechazando el tabuco de los desvalores para abrirnos a un pensamiento y espiritualidad inclusiva. Todas y todos somos diferentes. Y ahí radica el enriquecimiento, siempre respetándonos. Sé tú. Soy yo. Seamos en común-unión. 

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