A marchas forzadas y pensando en el miércoles como fecha tope para tenerlo todo a punto en las tareas gordas de montaje de su caseta, a falta de la decoración y detalles secundarios, para que no les coja el toro. Así transcurre la rutina en el recinto ferial del Parque González Hontoria estos días tras un fin de semana en el que la actividad ha sido y seguirá siendo frenética. Allí no hay puente y la mayoría aprovechará la jornada festiva del Día del Trabajo de este martes para pintar y rematar. Aunque casi todos se estrenaron este sábado, todavía hay módulos a los que no se ha metido mano que dependen de que acabe la Feria de El Puerto.
Mención especial requieren los más adelantados, que son los menos, que han encarado el fin de semana con total tranquilidad. No obstante, por lo general, a ninguno les preocupa excesivamente que el viernes “a las dos de la tarde como máximo”, lo tengan todo a punto, tal y como ha pedido el Ayuntamiento expresamente. Así, entre los que van sobrados de tiempo están los caseteros de La Crujía, situada en el número 5 del Paseo Principal. Mientras el viernes por la tarde varios trabajadores barnizaban ya el suelo tras semana y media de faena antes de cerrarla todo el fin de semana para a partir del lunes colocar las flores y los cuadros y traer el mobiliario, para los encargados de “levantar” la caseta de la Hermandad del Nazareno, que ha hecho una inversión considerable para cambiarla al completo, era su primer día de trabajo. Eso sí, la jornada había sido fructífera, pues ya tenían colocada la fachada, que recrea la de su capilla.
La estampa resultaba familiar: coches estacionados a las puertas de las casetas, operarios municipales descargando las características botas que decorarán el Real o fachadas dedicadas a Lola Flores que repiten, como la de la Caseta La Gamoral. Por cierto, fue la única que recibió un premio en metálico, de 700 euros, gracias al patrocinio de una empresa, en el concurso de casetas de 2017, que incluía un galardón a la caseta que más se currara el homenaje a la artista jerezana. El resto de galardones del certamen desde hace años no va más allá de la entrega de diplomas y trofeos, una realidad que no termina de incentivar a los caseteros a la hora de innovar y apostar por fachadas nuevas que sorprendan a los visitantes.
Se trata de un hándicap que antes no se daba y que en algunas peñas, como la de “Amigos del Patio” -una de las casetas con más premios en su currículum junto con Los Pollitos- creen que habría que cambiar. Tal y como asegura Manuel Riveiro, tras casi 50 años participando y coordinando el montaje de “Amigos del Patio”, tanto a la suya como a la de la peña de Los Pollitos, les deben el importe en metálico de algunos premios de varias ediciones del Concurso de Casetas que convoca el Ayuntamiento.
En su caso calculan que ocurrió en la época en el que el Consistorio lo gobernaba el PSOE de Pilar Sánchez y había problemas para pagar la nómina. “Fueron 3.000 euros que no cobramos y preguntad a Los Pollitos cuántos le deben”, señala.
Más motivación
Conscientes de que el montaje de una caseta asciende como mínimo a 6.000 euros, considera que el Ayuntamiento debería buscar fórmulas como el patrocinio para obsequiar con un importe económico a los ganadores para que las casetas no fueran siempre las mismas, pues no todos se pueden permitir una inversión de tal calibre para renovarla. “Tal y como está todo no merece la pena hacer mucha inversión, así que la mayoría se gasta muy poco, pero si volvieran los premios en metálico la gente se animaría y el Ayuntamiento por ordenanza debería estar pendiente. No digo que todos los años, pero que cada dos o tres años las casetas tuvieran fachadas nuevas y no que hay algunas con la misma desde hace 25 años”.
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