El 25 de abril se conmemora en todo el mundo el Día contra el Maltrato Infantil, una jornada con la que se pretende fomentar los derechos de los niños, así como concienciar sobre las consecuencias sociales que tienen los abusos en la infancia.
El maltrato a los niños es un problema universal que ha existido desde tiempos remotos, sin embargo, no es hasta la declaración de la ONU de los derechos del niño en 1959, cuando se le considera como un delito y un problema de profundas repercusiones psicológicas, sociales, éticas, legales y médicas. En la actualidad, uno de cada 5 niños sufre abusos sexuales, el 85 por ciento en el entorno familiar. Un verdadera “herida” social que necesita de soluciones urgentes y definitivas.
Así, está científicamente comprobado que los efectos devastadores de los traumatismos infligidos a los niños repercuten inevitablemente sobre la sociedad. Esta verdad concierne a cada individuo por separado y debería -si fuese suficientemente conocida- llevar a modificar fundamentalmente nuestra sociedad y, sobre todo, a liberarnos del crecimiento ciego de la violencia. “No cabe duda de que abusadores y maltratadores son, en su mayoría, personas que asimismo han sufrido abusos o maltratos y que no han podido o sabido gestionar ese terrible hecho y, en su adultez, ese dolor y esa cólera que guarda dentro se convierte actos destructivos, bien hacia sí mismo o hacia los demás. Por eso es tan importante la prevención de los abusos”, explica Eliseo Gutiérrez, secretario de Redime, asociación que pone voz a las víctimas de abuso sexual infantil.
Igualmente, está demostrado que un nivel alto de estrés a una edad temprana de la vida puede tener consecuencias cruciales para el desarrollo del cerebro humano. El maltrato infantil puede tener consecuencias psicológicas y neurológicas irreversibles, ya que el cerebro humano continúa desarrollándose durante la niñez, la adolescencia e incluso el período adulto. En este sentido, las experiencias traumáticas o de estrés crónico durante el desarrollo pueden afectar al menor tanto física como cognitivamente.
Redime
La Asociación Redime tiene su origen en Málaga el año 2004, cuando algunas víctimas de abuso sexual en la infancia hablan de sus traumas y de la carencia de ayuda profesional específica sobre el tema, deciden investigar, acopiar materiales y constituir grupos de auto-ayuda o ayuda mutua. En 2012 la asociación crearía otra sede en Barcelona. “En la actualidad han pasado por nuestros Grupos de Ayuda Mutua de Málaga y Barcelona más de 600 personas de ambos sexos, por lo que en 2010 vimos la necesidad de darnos de alta como asociación sin ánimo de lucro”, explica Gutiérrez.
De este modo, Redime se vuelca en acompañar en la recuperación de las victimas adultas de abuso en la infancia, en especial el abuso sexual, proveyendo de herramientas para equilibrar y empoderar sus vidas. Promover mayor información para la sociedad y así ser efectivos en la prevención, trabajando principalmente la rehabilitación de las víctimas, “sacándolas de la invisibilidad y el silencio que causan el miedo y la culpa que sienten tras haber sido violentados en cualquier modo”, explica Eliseo Gutiérrez.
Redime además se encarga de la formación y capacitación de voluntarios y terapeutas que dirigen grupos ayuda, a la vez que ofrece terapia y apoyo profesional. http://redime.net/
Así, por sus talleres de prevención de abusos sexuales en menores y atención a las víctimas, a través de la sensibilización y formación con docentes, padres, cuidadores y menores, Redime ha sido seleccionado como el primer ‘Sol de Málaga’ de la Fundación el Pimpi.
Soles de Málaga
La Fundación El Pimpi, a través de su iniciativa Soles de Málaga, puso en marcha un gran número de acciones de sensibilización y recaudación que cuenta con un acto estrella: el I Festival Solidario que se celebrará este sábado 28 de abril en once distritos de Málaga de manera simultánea y que servirá para recaudar fondos para once colectivos sociales. http://www.solesdemalaga.org/
Los beneficiarios de esta iniciativa, elegidos por representantes del Ayuntamiento de Málaga, Obra social la Caixa, la Diputación provincial de Málaga y Bodegas El Pimpi son la Asociación Redime, para la realización de talleres de prevención de abusos sexuales en menores; la asociación Amirax, para el desarrollo de cinco cámaras Gessle para la intervención familiar a menores con trastornos en su desarrollo; a la asociación ciudadana Antisida de Málaga, para el proyecto de una casa de acogida para personas seropositivas; a las Religiosas de María Inmaculada, para poder seguir atendiendo a inmigrantes y jóvenes en riesgos de exclusión social; a Incide, para colaborar en el proyecto de prevención de violencia en las aulas; a la Asociación de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (Afenes), para apoyar su proyecto en la reducción de síntomas y acompañamiento familiar; a la Asociación Nueva Alternativa de Intervención y Mediación (Naim), para mejorar la empleabilidad y el impulso de la búsqueda activa de empleo dirigido a colectivos con dificultades de inserción; a la asociación AREA, para continuar con su labor de recuperación de enfermos alcohólicos; a la Asociación de Mujeres Supervivientes de la Violencia de Género, para su proyecto de emprendimiento y acompañamiento; y Asociación Champagnat, escuelas de segunda oportunidad para jóvenes en riesgo de exclusión.
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