Almería

Acusado de asesinar a su tío en Albox afirma que el arma se le disparó

Tras una pelea a las puertas de la vivienda de este en febrero de 2016 en Albox

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  • Juicio. -

Juan Andrés T.G., el hombre de 33 años acusado junto con su hermano Pedro, de 23 años, de asesinar de un disparo a su tío tras una pelea a las puertas de la vivienda de este en febrero de 2016 en Albox (Almería), ha asegurado este miércoles en su declaración ante el tribunal de jurado que el arma que empleó para "atemorizar" a su pariente y con la que le apuntaba se le disparó accidentalmente tras recibir "una patada en la parte derecha del hombro" por parte de la víctima.

El acusado, que enfrenta una petición fiscal de 32 años y seis meses de prisión al igual que su hermano, ha narrado durante su declaración que, aunque "no quería" disparar contra su tío, le apuntó "al pecho" con la pistola, que llevaba cargada, sin seguro y con el dedo puesto en el gatillo mientras se situaba a "un metro" de él y la sostenía con ambas manos.

Asimismo, el encausado ha explicado a preguntas de la fiscal que tras producirse el disparo, no supo si había herido o no a la víctima, quien incluso, según su versión, "intentó" quitarle el revólver 'a posteriori', por lo que se produjo un "forcejeo" tras el cual abandonó el lugar al tiempo que llamaba a su hermano para huir de allí en el mismo coche en el que habían llegado.

El autor material del disparo ha señalado que se hizo con la pistola tras una pelea que se dio a las puertas de la finca en la que habían visto involucrados su hermano, su tío y un primo, y en la que había resultado herido, por lo que acudió al maletero del coche para limpiarse la sangre con un rollo de papel.

Fue en ese momento, según ha referido, cuando cogió una "bolsa blanca" con la pistola en su interior --modificada y con el número de serie borrado-- y la ocultó en el bolsillo mientras que su hermano "discutía" con su tío y su primo. Posteriormente, y una vez que las víctimas habían atravesado la entrada, fue nuevamente en busca de su tío hasta el portal de la vivienda con la intención de "arreglar las cosas".

El acusado se ha mostrado dubitativo sobre qué hizo con la bolsa que envolvía el arma tras desenfundarla, dado que, según ha explicado, a momentos la llevaba en las manos, que le "temblaban mucho", mientras que a otros estaba en suelo, si bien en cualquier caso tras esa detonación la recuperó para guardar otra vez la pistola. Del mismo modo, ha señalado que durante el "forcejeo" con la víctima que tras le disparo cayó de rodillas al suelo, aunque también ha dicho que quedó tendido.

ARMA PARA UN DISPARO

El propietario del arma ha negado además que posteriormente tratara de disparar contra su primo antes de abandonar la zona. A preguntas de su defensa, ha abundado el procesado en que la pistola se quedaba "encasquillada" tras un primer tiro debido a la modificación, y que, en cualquier caso, solo disparó el arma una vez, con lo que no intentó atentar contra el hijo de la víctima mortal, su primo.

Esta versión se ha visto enfrentada a la ofrecida por el agente de Policía Judicial que tomó declaración para la formación del atestado al superviviente, quien le explicó que Juan Andrés T.G. "esgrimió el arma contra él" y que "disparó pero el arma se encasquilló". "Me manifestó que escuchó un click al tratar de disparar", ha añadido el agente tras ser preguntado al respecto por la defensa, quien le ha dado a examinar la pistola muy de cerca.

El autor de facto del crimen ha hecho durante el juicio nuevas manifestaciones de cómo se sucedieron los hechos, y ha explicado que en la pelea anterior al disparo, su tío habría intentado "asfixiarle" tapándole la boca en la pelea, pero que consiguió repeler la acción mediante un bocado en uno de los dedos.

Asimismo, ha reconocido que, tras llegar a casa de sus padres, le entregó la bolsa a su madre y le pidió que la guardara antes de irse otra vez de la vivienda, aunque en el momento de la detención le dijo a los agentes que había tirado la pistola a una rambla. Fue el coacusado, quien según su versión se había quedado fuera de la casa, quien contó después a los agentes que los detuvieron que el arma había sido entregada a su madre.

Los encausados, quienes han dicho sentirse "arrepentidos" de los hechos, han negado que trataran de huir de Albox antes de ser detenidos y que su objetivo era acudir a un centro de salud para que les sanaran las heridas. Así, Juan Andrés T.G. ha asegurado que se sentía "muy nervioso" y que en los días siguientes hasta su declaración ante el juez tuvo "la mente en blanco". Igualmente, ha confesado haber hablado del asunto con su hermano mientras compartían celda, pero que no ha tratado de montar una versión que pudiera exculparlo de los hechos.

"NO SABÍA NADA" 

Por su parte, Pedro T.G. de 23 años, quien se ha mostrado muy nervioso durante todo el interrogatorio, ha asegurado que él desconocía que su hermano llevaba un arma cuando fueron a casa de su tío para "hablar con él" a raíz de las peleas y disputas que había mantenido con un primo suyo semanas antes y por las que su tío y su padre habían discutido el domingo antes de los hechos.

"Yo escuché un disparo y vi a mi hermano como en el suelo, no sabía lo que había pasado", ha relatado ante las formulaciones de la fiscal el menor de hermanos, quien ha detallado que estaba "fuera del portal" cuando se dio el disparo porque en ese momento estaba peleándose con su primo. Asimismo, ha asegurado que previamente el solo vio "una bolsa" pero que "no sabía qué había en ella"; un aspecto que choca con la versión dada por su hermano al asegurar que cogió el arma mientras su Pedro T.G. discutía.

Los hermanos han relatado que acordaron acudir a la finca de su tío después de que esa misma mañana del 24 de febrero de 2016 éste hubiera seguido a Pedro T.G. en compañía de uno de sus hijos por el pueblo para cortarle el paso al tratar de acceder a su vivienda, lo que hizo que ocultara por tiempo no superior a 15 minutos en una heladería cercana para evitar enfrentarse a él.

Ese día, Juan Andrés T.G. ha asegurado que había "echado unas horas" como vendedor de la ONCE antes de ir a casa de su madre a arreglar una lavadora y que había consumido cocaína porque tenía una adicción, aunque no ha logrado precisar en qué momento tomó el estupefaciente, si fue antes de trabajar, después o, según consta en la causa, tras hablar con su hermano. La acusación particular ha dejado entrever al respecto que los últimos análisis que le efectuaron en el centro comarcal de drogodependencias habían sido negativos, aunque el acusado ha explicado que en ocasiones cambió su orina por la de su hermano para conseguir engañar a su familia.

POSESIÓN DE LAS ARMAS 

Buena parte de los interrogatorios se han centrado también en determinar la posesión de las armas por la que la fiscalía apunta un presunto delito de tenencia ilícita tanto del arma homicida como de otra pistola que se encontró en la casa de la madre en la que vivía Pedro T.G. y en la que también "hacía vida" Juan Andrés T.G., aunque este contaba con otra residencia en la que estaba con su pareja sentimental.

Pedro T.G. ha asegurado que la habitación en la que se halló otra arma y una gran cantidad de dinero pertenecía a su hermano, quien no le "dejaba entrar en el cuarto", si bien en la fase de instrucción habría declarado que ese cuarto, que cuenta con dos camas, era en el que él solía dormir, mientras que el otro en el que había una cama sería, en palabras de la acusación particular, una estancia de "ensanche". "Sería una confusión", ha declarado este miércoles.

En la habitación en la que había dos camas los agentes encontraron además de una segunda pistola, una gran cantidad de munición y, en el día de los hechos, una mancha en el suelo y un pañuelo de papel con restos de haberse limpiado la sangre. El agente que instruyó el atestado ha testificado ver en ese mismo cuarto una PDA empleada para la lectura de los boletos de lotería.

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