La feria de abril de Sevilla reúne un millar de casetas para el encuentro de los feriantes, el cante y el baile en jornadas maratonianas que muchos de ellos rematan en uno de los puntos dulces del ferial, el puesto de las buñoleras.
Son muchos los que no "perdonan" el chocolate con buñuelos para rematar la feria. Pero no solo por el calor y dulzor que dan a los maltrechos cuerpos de los feriantes, sino porque el arte de estas cocineras atrae a su recinto a propios y extraños.
Nadie conoce el secreto de su receta, pero nadie duda de que el arte de corre por sus venas tiene que ser uno de los ingredientes de este dulce manjar que los feriantes degustan en el "patio de las buñoleras" de la feria sevillana.
El conocido como "Patio de las Buñoleras" se encuentra nada más llegar a la feria, a la izquierda de la Portada del recinto sevillano, en la calle dedicada al torero Manolo Vázquez.
El "patio" lo componen seis puestos de buñuelos, cada uno de un color, con sus respectivas casetas coloristas y las grande sartenes donde varias mujeres ataviadas con vestidos con flecos de los mismos colores del puesto hacen el rico buñuelo con el que los sevillanos y visitantes dan por concluida la jornada y se van a sus casas a dormir...hasta el día siguiente de feria.
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