Suena a duro, hasta el punto que cuando te cruzas en el camino de un seguidor de los que consuman la traición en el congreso de los diputados te reprochan la dureza con la que lo calificas.
Pero más dura resulta la normalización del desprecio que practican y la escasa vergüenza con la que defienden los argumentos. Un año más el Partido Popular continúa en el gobierno central. Un año más Ciudadanos lo está apoyando, de igual modo que apoya al régimen. Sí, el régimen bananero andaluz.
Dos motivos más que suficientes para reivindicar a la catalana nuestra propia “República Andaluza”. Igual con más razones. Motivos sociales, motivos culturales y, por supuesto, los económicos.
Pues claro que la pela es la pela, y tanto. Andalucía sufrió la traición socialista cuando la desmantelaron económicamente bajo la capitulación europea del 86: vid, olivos, pesca, ganadería… ¿Cuestión económica?
Están invirtiendo desde Madrid, por ejemplo, en el puerto de Valencia, pero Algeciras, en pleno Estrecho, geoestratégicamente mejor situado, se lo van a cargar. Cuestión de tiempo. Capitales culturales, gastronomía espectacular, potencialidades turísticas en la costa y el interior, producción agrícola, producción pesquera, producción ganadera, desde el este al oeste y desde el norte al sur de nuestra Andalucía.
¿Para qué fomentar las comunicaciones? ¿Para qué dar pasos hacia un mayor desarrollo de explotación turística, industrial, de transformación de productos agrarios y ganaderos? ¿Para qué una mayor inversión en Andalucía?
Mejor distraer con tópicos de vagos y paletos y con el folclore de militares y ministros en las procesiones de Semana Santa. ¡Cuánta bondad en los ministros, hasta parecen personas!
El PSOE para sacar pecho y utilizar, nuevamente, a nuestra tierra como ariete contra el catalanismo se sacó de la manga un nuevo Estatuto de Autonomía, y siendo reiterativos, tenemos que decir que tras once años no se cumplió.
Nunca llegaron las inversiones previstas. Nunca. Ni con el PSOE ni con el PP, pero tampoco con Ciudadanos que, a día de hoy, repito, apoya a ambos y, por tanto, cómplices de la traición.
Y, sin embargo, este año 2018 todo sigue igual. Todo se ha normalizado tanto que Ciudadanos, con un discurso centralista y más retrógrado que los nietos de Franco, parecen una buena opción para que sigan la obra del recorte, de las privatizaciones, de las diferencias sociales y territoriales, del neoliberalismo antisocial y ‘aterricen’, según las encuestas, con mayor representación en el congreso, parlamento andaluz y en los municipios.
¿Alguien los conoce? Da igual, son naranjas, ni azules ni rojos, y miran por España. No son nacionalistas -ni na-, no son de derechas -ni na- Pero España, la España del PP, PSOE y Ciudadanos continuará despreciando a nuestra tierra, seguirán invirtiendo por debajo de lo que por ley corresponde. Pero no pasa nada, ya está aquí la feria y luego el verano.
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