El Martes Santo isleño volvió contar con una gran climatología, que propició que miles de personas se echaran a la calle y coparan los barrios del Parque, Pastora y San Francisco. Prendimiento fue la primera hermandad en salir a la calle y lo hizo mostrando su paso de misterio completamente tallado, con el estreno de la talla de los respiraderos laterales, obra de Manuel Guzmán Fernández.
La cofradía del barrio del Parque vivió grandes momentos a lo largo de su itinerario, acompañada por la agrupación Lágrimas de Dolores y la banda de música San José Artesano.
A pesar de no estar las monjas capuchinas en el convento de Constructora Naval, el paso de la cofradía por dicha calle se ha convertido en un gran momento, al igual que su paso por el Paseo Virgen del Buen Fin, con un Parque Almirante Laulhé abarrotado de público.
En otro barrio señero, la Pastora, las puertas del templo se volvían a abrir por segundo día consecutivo para la salida de la cofradía del Huerto, que lo hacía sabiendo que su paso estará el próximo 7 de julio en el Vía Crucis diocesano de Cádiz y que también saldrá a la calle en septiembre, al celebrarse el 75 aniversario fundacional de la cofradía.
Una efeméride que hizo que la cofradía saliera a la calle y en sus primeros metros se encontrata con un viejo olivo plantado en la Plaza de la Pastora, como recuerdo de la oración de Jesús en el Huerto, misterio que muestra la hermandad.
A los pasos de la hermandad del Huerto los acompañaron la agrupación musical Fuensanta de Morón de la Frontera y la banda de música Fernando Guerrero, de Los Palacios y Villafranca, que el día anterior acompañó a Jesús de los Afligidos.
La cofradía del barrio de la Pastora estrenó el juego de ciriales, albas y dalmáticas del cuerpo de acólitos del paso de misterio.
La tercera de las hermandades en salir a la calle era Caridad. Aún resonaban los ecos de su salida procesional extraordinaria de septiembre por su 75 aniversario, cuando de nuevo la hermandad se hacía a la calle. La cofradía estrenó una capilla lateral realizada por el taller de los Hermanos Delgado, lo que suma algo más en la realización de este portentoso paso.
La banda Maestro Agripino Lozano acompañó el único paso de la cofradía de la castrense de San Francisco, con un repertorio propicio para el momento.
La hermandad quiso tener un detalle con la Hermandad del Nazareno y su 250 aniversario fundacional, de forma que al paso de la cofradía por la puerta de la iglesia Mayor, los toques para la levantá le correspondieron a la hermandad, tocándose también la marcha Jesús Nazareno de Juan José Puntas y Rafael Huertas.
La cofradía cambió la parte final de su itinerario, ya que una obra en la calle Velarde impedía el paso de la procesión. De esta forma, volvía a subir por completo la calle Comedias, desde la misma calle San Marcos, algo que hacía varios años que no se producía, al recortar la hermandad tramo de la calle San Marcos, donde el viento deslucía el cortejo.
No obstante, la obra de Velarde hizo que no se doblara por Tirso de Molina, y se siguiera por San Marcos hasta Comedias. Y todo después de haber vivido un gran ambiente en las Siete Revueltas, donde incluso el coro Virgen del Carmen le cantó a la Virgen con unas letras hechas por Manoli de los Santos, su directora.
Terminaba un Martes Santo con mucho público en las calles y los barrios como protagonistas. Fueron momentos intensos donde la fe popular pudo apreciarse junto con el cante de saetas, presentes desde el primer día de la Semana Santa, pero que han ido creciendo en número conforme avanzan los días.
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