Sevillaland

Dios lo ve todo-todo

Sevilla a vista de dron humea en estos días con las docenas de vendedores de incienso, con los cientos de quemadores encendidos por vecinos piadosos...

Publicado: 18/03/2018 ·
23:05
· Actualizado: 18/03/2018 · 23:05
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Autor

Jorge Molina

Jorge Molina es periodista, escritor y guionista. Dirige el programa de radio sobre fútbol y cultura Pase de Página

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Una mirada a la fuerza sarcástica sobre lo que cualquier día ofrece Sevilla en las calles, es decir, en su alma

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Sevilla a vista de dron humea en estos días con las docenas de vendedores de incienso, con los cientos de quemadores encendidos por vecinos piadosos en casas y oficinas, con las iglesias produciendo a toda máquina, no fe, que es algo en exceso serio y a ratos intelectual, sino fervor al vapor.

Miles de pedigüeños, dueños de bares, y vendedores de souvenires pop trajinan en la metrópolis de la Cuaresma con el fin de recoger buenas porciones del festín que genera Sevilla. Las señoras preparan las balconadas de sus casas; los señores organizan cabildos mientras miran, ora los partes meteorológicos, ora los gin tonics; y los chavales reúnen dinero para los pecados veniales propios de estas fechas.

Dios lo ve todo, y en su suprema sabiduría bendice con una media sonrisa complaciente la serie de HBO ‘El joven Papa’, a sabiendas (él lo sabe, claro) de que llegará ese día que plantea el travieso guionista. Son ya casi tres milenios de gestión, y ha aprendido que es imposible impulsarse si no es mediante una crisis previa, por eso no teme la llegada de un Papa sin fe.

Pero a dios/Jesucristo le agrada mirar hacia la borboteante Sevilla en estas semanas. Siente la vibración de pequeñas oraciones, espontáneas o litúrgicas, para que no llueva, como si él tuviese mando o tiempo para organizar todas las atmósferas de los planetas que ha ido creando. Son miles y miles, de ahí que ponga en modo silencio el grupo ‘Rezos lluvia’.

Quizás debería bajar de nuevo y explicarse  mejor, hay detalles de la doctrina que se quedaron sólo pespunteados. Pero teme que su presencia sea interpretada a la tremenda, como El Fin del Mundo, pues, por algún fallo en la comunicación, eso dedujeron cuando les habló del más allá. Él se refería al concepto de una nueva vida, más plena, justa, espiritual, solidaria entre los hombres y mujeres. Y obviamente vivida en la Tierra natal, con la flora y la fauna que colocó para que fueran felices, pues dónde van a estar mejor que en su planeta, que en su ciudad.

En verdad, el triunfo de la fraternidad sería el final de la angustiosa vida que han decidido darse los hombres y que les asfixia más allá de lo espiritual, hasta lo ético. Sería el apocalipsis.

Ya irá a Sevilla otro año. Por lo que ha oído, esta Semana Santa lloverá, y la humedad le sienta de muerte a sus articulaciones, que parecen de madera.

Además van a emitir la segunda parte de ‘El joven Papa’ y no se la quiere perder. Lástima que Jude Law haya renunciado a protagonizarla. Fantástico ese actor. 

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