Como ya adelantamos en esta columna en varias ocasiones, De la Torre se queda. El pasado lunes, Francisco de la Torre, encontró, según él, un hueco en su agenda para atender a los medios de comunicación y confirmar lo que era un secreto a voces: que se presentará a la reelección a la Alcaldía en mayo de 2019. Respondió afirmativamente a la petición de su partido, después de reflexionar durante algo más de un mes y hacer balance de sus años al frente de la Casona del Parque.
La valoración de la oposición no se hizo esperar. El portavoz de los socialistas en la capital, Daniel Pérez, aprovechó para anunciar lo que él y los suyos creen “un cambio imparable”, mientras que el líder de Ciudadanos, Juan Cassá se alegró de que acabe “este culebrón” y pidió a los populares que se centren en la gestión y en el cumplimiento de los acuerdos pendientes, antes de que finalice el mandato. Para los grupos de Málaga Ahora y Málaga para la Gente, con esta decisión se pone de manifiesto la falta de banquillo en las filas del PP.
Por su parte, los presidentes provincial y andaluz del PP, Elías Bendodo y Juan Manuel Moreno Bonilla, conscientes de la importancia de contar con un candidato que esté por encima de la marca del partido en estos momentos, agradecieron el gesto de De la Torre y reconocieron que es un buen candidato y les da garantía electoral.
Durante estos años, no han faltado los intentos de apartar del regidor de la cabeza de cartel para los próximos comicios. Atrás quedan los intentos por incluir al alcalde en la candidatura al Senado y al Congreso, por ejemplo. Pero ahora nadie duda de que, con los avances de Ciudadanos en las encuestas en detrimento del PP, ésta es la mejor opción y por eso han cerrado filas. No hay duda de que De la Torre ha sido más leal con su partido, que su partido con él en este tiempo. Y se la jugará una vez más. Si sale bien será el éxito de todos. Si sale mal, ¿quién asumirá la responsabilidad?
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