Observar un cielo oscuro y estrellado es una misión imposible en las ciudades, donde la contaminación lumínica no permite saber qué tenemos encima de nuestra cabeza, y por ello, cada vez son más las comunidades autónomas que apuestan por este tipo turismo sostenible: el astroturismo.
La Feria Internacional del Turismo (FITUR), entre su numerosa oferta, ha dejado un hueco para dejar atrás la vida urbana e invitar a los turistas a discernir las estrellas.
Según un estudio de Centro de Estudios Geológicos (GFZ) de Potsdam y en colaboración con el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA), la contaminación lumínica crece un 2,2 por ciento anual, y cada año que pasa el planeta es más brillante en extensión e intensidad.
Los organizadores han querido incentivar esta propuesta de turismo "slow" y ha galardonado a La Palma con el premio al "Mejor Producto de Turismo Activo", por su modelo de colaboración público-privado de astroturismo y sus más de 60 empresas vinculadas al sector.
No sólo la Isla Bonita es el único lugar para mirar el cielo nocturno porque la Fundación Starlight ha reconocido a Gran Canaria como una de las "ventanas" del planeta donde contemplar las estrellas con calidad y nitidez, al entregar a la isla el certificado que la distingue como destino turístico respetuoso con los cielos nocturnos, durante la segunda jornada de Fitur.
El calificativo "Starlight" acredita la idoneidad de los lugares para la observación de los astros en unas condiciones óptimas, además de representar un ejemplo de protección y conservación.
En Andalucía, Córdoba es la encarga de enseñar las estrellas a sus visitantes con el proyecto "Astroturismo, destinos Starlight en Córdoba", con el fin de promocionar de los mejores enclaves para la contemplación de las estrellas como son Los Pedroches y Sierra Morena, la mayor reserva Starlight del mundo.
"Ven a conocer las estrellas", es el lema que ha tomado como reclamo la comunidad de Aragón y aseguran que la noche ofrece una visión "única" del territorio, donde "la tierra y el cielo se unen".
Su buque insignia es el Observatorio de Astrofísicos de Javalambre, lugar donde intenta descifrar que es la materia oscura, y en la zona aragonesa de Gúdar Javalambre ofrece un mirador astronómico en cada uno de sus 24 municipios.
En la zona norte del país, el Valle del Roncal riojano es otro de los lugares idóneos para la contemplación de las estrellas y ha sido premiado en esta edición de Fitur, junto a su proyecto fronterizo de los "Pirineos La Nuit".
Descendiendo hacia el sur de la península, la Serranía de Cuenca cuenta con una veintena de rincones, como el Parque Astronómico de la Serranía Conquense, un lugar donde el valor paisajístico, geológico, paleontológico, botánico, forestal y faunístico son otros de sus reclamos.
Un "auténtico paisaje de estrellas", así se define Extremadura, una comunidad donde la ausencia de contaminación lumínica, el buen clima, con una gran parte de días al año sin nubes, son el reclamo junto a los paisajes de la reserva de la biosfera de Monfragüe y la comarca de la Sierra Suroeste en plena dehesa extremeña.
La oferta del turismo de estrellas no sólo está en España. Chile, galardonada por segunda vez consecutiva el premio "World Travel Awards", apuesta por el astroturismo para incentivar a los visitantes extranjeros a conocer las diferentes regiones del país, que cuenta con uno de los cielos "más limpios del mundo".
El desierto de Atacama o la región de Coquimbo son los lugares de referencia para aquellos que se quieran adentrar en las aventuras del paisaje chileno.
"Somos polvo de estrellas que piensa acerca de las estrellas", aseguraba el popular astrónomo y divulgador científico Carl Sagan. La próxima vez que viajemos podemos dejar atrás la masividad de las ciudades para escaparnos a sus alrededor y, al menos, mirar y pensar qué son los astros.
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