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Solares

Hará 30 años, o más, paseando por un casco histórico jaenés que todavía encerraba muchas sorpresas para un servidor, me encontraría con la parte final...

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Hará 30 años, o más, paseando por un casco histórico jaenés que todavía encerraba muchas sorpresas para un servidor, me encontraría con la parte final de una bellísima calle del Vicario, con una escalera y un sencillo arco en lo alto, todo de un blanco radiante, con macetas y sensación de vida… aquella mañana me pareció como si, de repente, me hubiera trasladado, sin darme cuenta, a una medina cualquiera del norte de África. Hará casi 20 años que descubríamos las calles de una ignota Judería que se nos mostraban inéditas para nosotros, desconocedores de ese pasado, como el Callejón del Gato o la calle de los Huérfanos, que todavía lucían de alguna manera. Ya entonces el Conjunto Histórico languidecía y precisaba intervenciones serias y urgentes… había planificaciones para la zona, como un Urban que fue de lo mejor que le pasó a esos barrios, y otras muchas  que nunca llegaron. Y paralelamente, siempre, el retintín constante de que el Casco Antiguo necesitaba un Plan Integral. 30 años después la Calle Vicario es un recuerdo doloroso  (y bochornoso). Aquella Judería que ya precisaba atenciones entonces,  20 años después, tiene calles como la del Gato o la de los Huérfanos  que se han visto “desdentadas” con nuevos solares que no existían en aquellos momentos. Los intentos por erradicar los solares no han cesado. Ideas como la de los “jardines secretos”, muy buena, que podría recuperar algunos. Propuestas como la de que otros se transformen en huertos urbanos o la recuperación/integración de algunos, como el de la Plaza del Rostro que, bellísimo, se adecentó para albergar la escultura de Hasday ibn Shaprut.  Incluso alguna ordenanza se aprobó respecto a este tema. No hay duda de que es fundamental concretar y actuar de una vez en torno a esa infinidad de solares que pueblan nuestro Bien de Interés Cultural más amplio: el Conjunto Histórico. Pero hay un problema de fondo que no se toca y que es lo primero que hay que atajar. Solamente interviniendo  en las casas ruinosas y no concediendo nuevas declaraciones de ruina, ni autorizando nuevas demoliciones, podremos comenzar a reconstruir la imagen tradicional de nuestro casco histórico. Mientras no se frene de una vez y por todas ese mal, verdadero abandono de nuestros barrios más señeros, podremos arreglar un solar pero al año siguiente tendremos tres nuevos. Las fórmulas para solucionar el problema están más que inventadas. Basta preguntar a casi cualquier ayuntamiento europeo que tenga un conjunto histórico catalogado. Y luego aprobamos un Plan Integral, un Plan Especial, un Plan Turístico, Plan Estratégico y un Plan de Planes. Pero o se ataja el mal, de raíz, o los solares seguirán aumentando. Punto pelota.

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