El municipio de Pujerra cuenta con una auténtica joya arquitectónica, la Iglesia del Espíritu
Santo, que tuvo sus orígenes a principios del siglo XVI tras la rebelión mudéjar en la que se
expulsó a los musulmanes, aunque previamente la antigua mezquita había sido convertida en la
actual iglesia mediante la bendición del templo que los musulmanes utilizaban para realizar sus
cultos.
Según ha explicado Francisco Siles, historiador y vecino de Pujerra, la Parroquia del Espíritu
Santo tiene una arquitectura característica de las iglesias de principios del siglo XVI. La
construcción cuenta con una sola nave, por lo que también se denomina “de cajón”, y dispone
de un artesonado de origen y estilo mudéjar que fue restaurado hace unos años. Quizá el
elemento arquitectónico más llamativo de la iglesia sea su original espadaña, donde se sitúan las
campanas. La principal singularidad de esta estructura, construida en el siglo XVIII, radica en
que se ubica en una de las esquinas del templo adaptándose al ángulo de la misma. Además,
Siles ha comentado que antaño la sacristía se situaba en lateral de la iglesia que da a la plaza,
ocupando parte de este espacio, pero tras unas reformas se decidió colocar la sacristía en el
lateral opuesto, junto al “Teleclub”, que también fue creado a través de una obra parroquial en
los terrenos del antiguo cementerio.
El historiador ha desvelado que, en un principio, la Iglesia de Pujerra perteneció a la
Parroquia de Cenay, hoy despoblado, aunque poco a poco se fue conformando como una
importante parroquia y se hizo cabecera de otras como la de Bentomiz, Cenay, Cartajima,... La
primera mención de párroco en la Iglesia del Espíritu Santo se remonta a 1525 y, además, se han
hallado datos que confirman que, a principios de la década de 1560, un beneficiado se
encontraba ya residiendo en Pujerra. En definitiva, existe diversa documentación en la que
aparecen noticias y apuntes de la Iglesia del Espíritu Santo a lo largo de la historia, parroquia
que, en la Guerra Civil, fue desacralizada y utilizada como almacén durante el corto periodo de
dominio republicano en la zona.
Siles ha recordado que, además del artesonado, como ya se citó con anterioridad, en los
últimos tiempos diferentes elementos de la iglesia han sido objeto de restauración. Entre ellos
destaca la pila bautismal, que ha vuelto a ser colocada bajo el coro, el sagrario y el altar.
También han sido instaladas algunas bonitas vidrieras.
Este templo ha logrado conservar a lo largo de los siglos gran parte de su riqueza
patrimonial. Especial mención requiere la imagen del Patrón de Pujerra, San Antonio de Padua,
talla del siglo XVIII que ha sido restaurada recientemente. En este sentido, el rostro de la Virgen
también ha sido rehabilitado y, según han aconsejado algunos especialistas en la materia, sería
recomendable restaurar con cierta premura la imagen que preside el altar, El Crucificado.
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